Ante los agravios y falsedades que algunos medios de comunicación se prestan a difundir sin chequear ni preocuparse por investigar, la Comunidad Selk´nam Rafaela Ishton se ve en la obligación de poner en conocimiento que nuestro Presidente Rubén Maldonado, ha reconocido oportunamente que, cuando estaban formándose como comunidad, creía que su abuela Alkan era haush pero luego, investigando la versión de don Segundo Arteaga confirmaron que era selk’nam con documentación fehaciente.
Según recordó Maldonado en una nota publicada por La Prensa Austral hace varios años, “Mi bisabuela fue Cristina Alkan, nacida en el sector del lago Kami (Fagnano) en el año 1873 y fallecida a la edad de 70 años; mi abuela fue Matilde Illioyen, nacida en el año 1904 en Bahía Thetis; murió en el año 1923, a la edad de 26 años. Matilde, había contraído matrimonio con el chileno Manuel Antonio Vera Mayorga, natural de Osorno al que, desde la edad de 14 años, lo habían criado los curas en Río Grande y de cuya unión nacieron Alejandro, Nolberto y Herminia, mi madre, que vio la luz en el año 1922 en el Haruwen de Saipot”. La documentación de Herminia Vera, corrobora su origen selk´nam.
Nadie en absoluto puede negar el derecho al autoreconocimiento de una persona a un pueblo indígena. Pero es requisito ineludible, que ese pueblo lo reconozca como integrante para sumarse a él y gozar de los derechos que le caben como tal.
Todos los miembros de la comunidad Rafaela Ishton, investigaron sus raíces, lazos familiares, recuerdos y relatos de sus ancestros e incluso aportaron documentación para confirmar su ascendencia luego de autoreconocerse y decidir sumarse a nuestro pueblo.
En este sentido, todos hemos debido recurrir a los registros de los salesianos, ya que, durante el periodo en que ocurrió el genocidio de nuestro pueblo, no existían los registros civiles ni los cementerios públicos, y la iglesia se ocupaba de registrar a través de libros y actas, los nacimientos y defunciones, además de los bautismos y matrimonios.
El caso de Rubén Maldonado, es el opuesto al de nuestra querida Enriqueta Gastelumendi de Varela, quien al conformarse la comunidad Rafaela Ishton, se reconoció selk´nam, aunque estaba comprobado que sus raíces eran Haush, no solo por la revisión histórica de su pasado, sino, sobre todo, porque, así lo confirma su fe de bautismo.
No obstante, su intachable comportamiento con el resto de los ancianos que iniciaron la lucha por la recuperación de las tierras y su espíritu de unidad y camaradería, fueron determinantes para considerarla una más entre nosotros.
Pensábamos que eso estaba claro hasta que sus bisnietas Antonela y Daniela Guevara comenzaron a insistir con ser autoridades de la comunidad, cuando está claro que indígenas Haush no están ni legal ni éticamente en condiciones de estar al frente de una comunidad selk´nam.
En reiteradas oportunidades se las puso en conocimiento de esta situación y a pesar de ello, usando su habitual comportamiento irrespetuoso y apelando a bajezas y mentiras, lograron integrar el Consejo de Participación Indígena junto a nuestra hermana Mirta Salamanca, mandato que venció a fines del año pasado, con una triste tendal de denuncias por agresiones, amenazas, incendios y negociados iniciados en nombre de nuestra comunidad. Todo ello a espaldas de todos, como el recientemente descubierto sello de ganado a nombre de la comunidad, que el gobierno provincial deberá investigar para qué se usó.
A fin de despejar cualquier suspicacia, reiteramos que estas mismas personas, que el viernes tomaron la delegación de gobierno usando el nombre de nuestro pueblo, fueron expulsadas en enero de este año, no por su condición de Haush, sino por su inconducta, falta de respeto a los ancianos y por amenazar y amedrentar a hermanos de la comunidad y por haber realizado trámites, gestionado ante las autoridades y obtenido beneficios usando el nombre de nuestra comunidad y arrogándose un poder que no tienen.
Asimismo, por si queda alguna duda aún, reiteramos que la Comunidad Rafaela Ishton, tiene personería jurídica propia, tiene comisión directiva la cual fue renovada en 2016 y tiene un Consejo de Ancianos integrado por aquellas personas que hicieron posible que hoy, la Comunidad Selk´nam esté conformada, reconocida y regularizada ante la ley blanca como tal, por tanto no necesita que ningún CPI gobiernen por ella.
Todas estas faltas gravísimas, están documentadas y hemos hecho todos los reclamos necesarios ante las autoridades que corresponden, y los seguiremos haciendo hasta lograr que estas personas reciban el castigo que merecen por ensuciar nuestro nombre y el de nuestros ancianos que lograron todos los beneficios que hoy goza nuestro pueblo.
Por último, hacemos saber a toda la comunidad y a la prensa, que el respeto a nuestros ancianos en la comunidad Selk´nam, es superior a cualquier mandato. Quien oiga a alguno hablar mal de sus hermanos y sobre todo de sus mayores, por sus palabras, sabrá que no es uno de los nuestros.
Se trata de Don Bernardino Pantoja, un hombre que era muy apreciado por la comunidad selk’nam. Su partida física se produjo este viernes, y en las redes sociales lo recordaron con aprecio como un personaje muy querido.
La comunidad fueguina y selk’nam manifestó su pesar y despedida tras producirse la partida física de Bernardino Pantoja Imperial, este viernes 26 de junio.
Además de antiguo poblador, Don Bernardino era miembro de la Comunidad Indígena Rafaela Ishton y sel’knam de Río Grande, y Club Deportivo y Cultural Gral. San Martín.
« Hoy es un día muy sentido para toda nuestra comunidad selk’nam, el abuelito Bernardino Pantoja Imperial, deja nuestro plano para unirse al gran kashpek », manifestaron por las redes sociales tras conocerse la noticia.
« Hoy nos dejó físicamente un antiguo poblador y gran deportista, Bernardino Pantoja Imperial Q.E.PD. apodado el « Rey de la gambeta ». Quienes lo recuerdan de joven lo tienen por un gran deportista, en el fùtbol, en el boxeo. Acompañamos a todos los que suman su silencio, a su silencio… », añadieron.
« No tengo palabras para agradecer tanto amor, bondad, hospitalidad, sus enseñanzas y conversaciones de nuestro pueblo y sus antepasados », expresaron.
La estudiante e investigadora francesa, Lauriane Lemasson, detalló las actividades que realizaron tres integrantes de los pueblos selk´nam y yagan en Paris y otras ciudades europeas. Destacó la recepción que tuvieron y la posibilidad de “acercarse al lugar del otro, para no cometer las cosas inaceptables que se hicieron, en parte de los siglos IXX y XX, en antropología”. Remarcó que sobre los pueblos originarios “el único poder que tienen los colonialistas es haber impuesto la vergüenza por la propia identidad, pero hoy esa vergüenza se convirtió en orgullo”, aseveró.
“Presenté mi trabajo durante un coloquio internacional en París, eso fue en enero de 2019, y encontré a Denis Laborde que es el organizador del Festival Haizebegi. Él seguía mis investigaciones, que comenzaron en 2011, y cuando llegó al coloquio me preguntó sobre mis trabajos”, comenzó relatando Lauriane Lemasson, investigadora francesa que realiza sus estudios en La Sorbona, elaborando su tesis sobre “Paisaje sonoro como recurso cultural, al sur del Hatitelén (Estrecho de Magallanes)”, para la cual viaja a la Patagonia chileno-argentina recurrentemente y mantiene un contacto frecuente con integrantes de pueblos originarios.
Lemasson dijo que después de la charla, Haizebegi le manifestó que tenía “carta blanca” para presentarse en el festival que se realizó el pasado mes de octubre en Bayona – Francia, con el antecedente de una entrevista que había realizado en Punta Arenas con Mirtha Salamanca, nieta de Lola Kiepja, la cual fue traducida en distintos idiomas aunque siempre “con aviso previo a la propia Mirtha, para saber si contaba con su acuerdo”, aclaró la investigadora francesa.
Luego de escuchar la entrevista, Laborde propuso invitar a Mirtha Salamanca al festival y manifestó que “se podrían invitar a dos personas más, quizás tres si contábamos con la subvención”, mencionó Lauriane Lemasson, advirtiendo que la fundación que encabeza Denis Laborde se sostiene con mucho esfuerzo, con aportes propios o de colaboradores “pero sin financiamiento directo del estado”, remarcó.
Dijo que se trata de una fundación que “trabaja mucho con los inmigrantes, con cuestiones sociales y apoya muchas causas humanitarias”. Con ese objetivo se planteó la importancia de referirse a la situación de los pueblos originarios de la zona invitando -en consulta con Mirtha Salamanca- a Víctor Vargas Filgueira y José González Calderón, ambos pertenecientes al pueblo yagán.
Lauriane Lemasson aclaró que todo el material que se presentó, como así también el contenido de las charlas y las conferencias fue resuelto por Salamanca, Vargas Filgueira y González Calderón. “De ellos surgían la iniciativas, porque la idea era que definieran lo que querían compartir con la gente en Francia”, señaló.
Dijo que pudieron hablar “de una variedad de temas importantes como las salmoneras, el respeto de su cultura por parte de artistas e investigadores, la importancia de dar una devolución a los pueblos cuando se realiza algún trabajo para que no se pierda”. La investigadora francesa comentó que luego los integrantes de los pueblos originarios pudieron intercambiar y compartir con referentes locales, y en esos contactos se dieron cuenta que también en Francia había pueblos originarios “entre ellos los de mis antepasados”, destacó Lauriane Lemasson, mencionando que desciende de bretones.
Otro contacto importante fue con Pascal Blanchard, quien investiga sobre los llamados “zoológicos humanos”, y con quien pudieron “darse cuenta que no había solamente shelk´nam y yaganes exhibidos, sino que también había integrantes de pueblos europeos y de otras partes del mundo, para mí también fue importante porque descubrí que había gente de mi pueblo también exhibida allí”, expresó.
La investigadora francesa indicó que fue con los zoológicos humanos que “nació el racismo, porque de esa época viene. Antes había desconocimiento del otro, pero no esa jerarquía entre la gente. Con la época de los zoológicos humanos nació el racismo y fue apoyado por los antropólogos y científicos de ese tiempo, en un intento por comprender como había sido la evolución humana”.
Contó que también tuvieron “acceso a los archivos de (la antropóloga franco-norteamericana Anne) Chapman, dónde fue muy emocionante ver que podían tener contacto directo con ese material. También mantuvieron contacto con el responsable de las Relaciones Exteriores de la Conferencia de los Presidentes de las Universidades Francesas, Jean Luc Nahel, con quien se planteó la posibilidad de algunos proyectos a futuro”.
La actividad tuvo, como otro punto fuerte, una charla para estudiantes franceses quienes se vieron visiblemente emocionados por los testimonios, en especial el de Mirtha Salamanca y el relato de la historia de su abuela Lola Kiepja. Como conclusión los estudiantes, por iniciativa propia, resolvieron elevar una nota con su firma para apoyar el reclamo de restitución de los restos y “pedir una respuesta”.
Lauriane Lemasson indicó, por último, que quedó en claro en el viaje que el investigador debe “acercarse al lugar del otro, para no cometer las cosas inaceptables que se hicieron en parte de los siglos IXX y XX en antropología. También fue muy importante saber que la gente se está acercando para preguntar cuando se van a repetir los talleres que se hicieron, como el de cestería, reflejando lo significativo de la relación que se estableció y como conclusión saber que el único poder que tienen los colonialistas es haber impuesto a los pueblos la vergüenza por la propia identidad, pero hoy esa vergüenza se convirtió en orgullo”, remarcó la investigadora francesa.
Mirtha Salamanca fue parte de una delegación de integrantes de los pueblos shelknam y yagán, que viajó a Francia para realizar distintas actividades. Relató las conferencias y los encuentros de los cuales participaron y destacó la importancia de “recuperar lo nuestro”. También expresó una mirada crítica sobre el trabajo de Anne Chapman con su bisabuela, Lola Kiepja.
“La invitación en lo personal fue por el linaje de Lola Kiepja, mi bisabuela. Fui con dos hermanos del pueblo yagán, Víctor Vargas de Ushuaia y José González Calderón de Puerto Williams, y estuvimos cerca de 20 días que fueron muy intensos. Participamos del festival al cual nos invitaron que se viene organizando hace ya seis años, donde hay música y se tratan temas diferentes”, relató Mirtha Salamanca, miembro del pueblo shelknam.
En declaraciones al programa radial “Desde las Bases”, contó que “en este caso, la temática era los pueblos originarios. La gran sorpresa, para quienes concurrieron, fue que había shelknam y yaganes, porque la versión que se instaló fue que ya no había más. A partir de ahí fue la invitación, hubo autoridades muy importantes, recorrimos museos, fue un precedente muy importante y vamos a seguir porque hay mucho para hacer”, expresó Salamanca.
Después mencionó que “el nexo lo hizo Lauriane Lemasson, a quien yo encontré en Punta Arenas por un invitación que me había hecho la universidad y entonces la conocí. Fue una gran sorpresa, ella está haciendo un trabajo magnífico en lo que tiene que ver con la toponimia de la Isla, con los sonidos de la naturaleza, y ese trabajo también se expuso durante estos días”, destacó la integrante del pueblo shelknam.
Anticipando que la científica francesa “está próxima a volver para esta zona, así que vamos a seguir trabajando. Es muy valeroso, porque sirve para recuperar lo nuestro. En Francia estuvimos en contacto con los alumnos de las universidades, pudimos ver el archivo de Anne Chapman. Yo pude conocer algunas crónicas, es algo con lo que hay que trabajar muchísimo tenemos que aprovechar esta oportunidad”, señaló Mirtha Salamanca.
Luego comentó que también estuvieron “dando charlas en una universidad de España, tomamos contacto con el director del museo de Berlin. Realmente fue una actividad que nos dejó mucho y pudimos hacer un pedido respecto de la devolución de los restos que están en esos museos”, confirmó.
Críticas para Anne Chapman
En ese mismo sentido mencionó que durante las charlas se refirieron “a lo que fue el zoológico humano, porque fue una clara muestra de racismo. Sabemos lo que ocurrió con nuestro pueblo y pudimos exponerlo allí”, remarcó. Después, sobre el trabajo de Anne Chapman, lo cuestionó y manifestó: “siempre digo que la opinión mía, como familiar, es de disconformidad por lo que se hizo con mi abuela”.
“Muchos dicen que sirvió para dejar en resguardo algo de mi abuela, pero yo hubiera preferido que no hubiera dejado nada. Porque sabemos que los cantos chamánicos eran privados, no podía quedar ese registro y aparte se le dio un mal uso. Realmente para nosotros, como familia, es algo muy triste. Considero que Anne Chapman vino con todo el aparato, con todo pago, mi madre por ejemplo no la quiso tender porque no nos respetaban”, relató la bisnieta de Lola Kiepja.
Dijo que cuando se presentaron ante la antropóloga franco –estadounidense “nos respondió que no nos iba a atender, porque ella con “los puros” había trabajado. Desconociendo nuestro linaje y nuestra pertenencia, la gente no sabe que atrás de esos registros hay una historia muy cruel. Llegó a decir que Lola había tenido “12 hijos seis puros y seis impuros”, ¿qué es lo que significa eso? No tuvo respeto por la familia”, insistió Salamanca.
Un pueblo ultrajado y la necesidad de recuperar la historia
Durante la entrevista expresó “sabemos que nuestro pueblo fue ultrajado, violado, entonces hay que tener un poco de respeto por esa historia. Nosotros somos un pueblo que sigue en silencio, pero estamos luchando, trabajando. Descubrimos un documental en el cual aparecían imágenes nuestras que no sabíamos que existían. Tomadas sin ninguna autorización, tenemos mucho por rescatar, mucho por trabajar”, advirtió.
Indicó que “se puede hacer algo diferente, yo siempre digo que tenemos un Estado ausente. Tenemos un ente controlador que es el Instituto Nacional de Asuntos Indígenas, pero primero hay que decir que nosotros no somos un asunto. Parece que tuviéramos que estar a merced de ellos, nosotros tenemos nuestras leyes que se deben hacer respetar”, reclamó.
Mirtha Salamanca manifestó que a veces “es muy lamentable, nosotros creemos que en las escuelas siempre se tiene que decir la verdad. Por eso yo voy y digo que estamos vivos, creo que hay que contar lo que pasó con nuestro pueblo, con la mal llamada conquista que fue en realidad una invasión a nuestro pueblo y a todos los pueblos de América”.
“Porque somos un pueblo pre existente y nos sacaron todo, prácticamente nos impusieron sus leyes. Respeto el himno, la bandera, pero nos fueron impuestos. Nosotros teníamos el haruwen, nuestros grupos familiares. Se vivía libremente, en la naturaleza, en armonía, luego todo fue imposición. Hay que trabajar mucho respecto de eso, tratar de recuperar nuestra cultura y que se diga la verdad. Esa es la actividad que nos estamos planteando”, concluyó la representante del pueblo shelknam.
En Bahía Inútil (Chile) un equipo de científicos ha descubierto un entierro infantil, perteneciente a la cultura Selk’nam, con características únicas. El ajuar que lo acompaña presenta objetos desconocidos, además de artículos funerarios inusuales en esta región.
Pares mandibulares de guanaco adulto que formaban parte del ajuar singular del enterramiento / Fotos cedidas por Thierry Dupradou
El pueblo Selk’nam de Tierra del Fuego era una tribu que vivía en el extremo sur de América del Sur. Estaba formado por cazadores recolectores nómadas que subsistían en sus orígenes gracias a los guanacos salvajes, aves, roedores, marisco y pinnípedos (focas, lobos marinos y morsas) que cazaban. A principios del S.XX enfermedades infecciosas y un genocidio perpetrado por colonos británicos, argentinos y chilenos acabaron con la mayoría de ellos.
Junto a sus vecinos, los Haush, esta tribu era de los pocos grupos de cazadores recolectores en América cuyo sustento estaba restringido a una isla. Su registro arqueológico es abundante, sin embargo, poco se sabe sobre sus prácticas mortuorias.
El registro arqueológico del pueblo Selk’nam es abundante, sin embargo, poco se sabe sobre sus prácticas mortuorias
Un estudio internacional, liderado por la Universidad de Magallanes en Punta Arenas (Chile), con participación del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC), ha descrito un entierro infantil de esta tribu con características únicas, localizado en Bahía Inútil. La datación por radiocarbono sitúa el entierro al comienzo del período postcolombino.
“Ni en Tierra del Fuego chilena o argentina se había hallado un ajuar parecido junto a restos humanos de cazadores recolectores terrestres. Los enseres eran mucho más sencillos, pero en general se trataba de enterramientos de adultos”, dice a Sinc Alfredo Prieto, investigador de la Universidad de Magallanes, que lidera el estudio publicado en la revista The Journal of Island and Coastal Archaeology.
En el trabajo, Prieto y su equipo describen los materiales arqueológicos hallados junto al esqueleto de un niño muy bien conservado. Lo que llama la atención son los artículos funerarios que lo acompañan, inusuales en esta región.
“Hay varios elementos misteriosos cuyo uso desconocemos. Ni siquiera sabemos si se trata de copias o de herramientas en uso de la época. Podrían ser, por ejemplo, reproducciones de herramientas de madera que nunca perduraron. Tampoco podemos aventurar nada al respecto. Algunas de ellas simulan herramientas conocidas, como pinzas para el fuego. Otras, como unas bolas con surcos o herramientas de piedra sí sabemos que se usaban”, añade el científico.
Cráneo del niño. Aparece rota al haber aflorado de la tumba que se había erosionado / Foto cedida por Cedidas por Thierry Dupradou
Huesos agrupados por pares
Los restos del niño estaban acompañados por diseños únicos de artefactos óseos. En su mayoría eran fragmentos de picos de pingüino rey (el 75% de los restos) y de las mandíbulas de guanaco organizadas en pares para que parezcan picos, algo inusual y no observado anteriormente en otras sepulturas. El pingüino rey forma parte de la mitología Selk’nam.
La abundancia, densidad y diversidad de las tumbas documentan un conjunto material y cultural complejo, además de una habilidad técnica que no se había descrito hasta ahora en este grupo de cazadores recolectores.
“Los pares de mandíbulas de guanaco son notables. Aparecieron juntos de a dos y uno tiene incluso evidencias de amarre. Por el tipo de corte y el tamaño parece que su función era utilizarlos como picos, algo muy extraño”, asegura Prieto. En la literatura arqueológica no se encuentra nada parecido en ninguna parte del mundo.
Hallaron también materias primas líticas, ligeramente grabadas, algo relativamente raro en estos yacimientos. Muchos de estos componentes no habían sido vistos nunca en el registro arqueológico ni etnográfico de la Tierra del Fuego.
“Una extraña pieza que evoca una lanzadera nos revelaría técnicas de tejido de redes, pero es el único fragmento cuya forma parece inducir una función. Además, la totalidad de las piezas son juegos por pares estructurales; entre lo puntiagudo y lo rajado, o entre lo abierto y lo cerrado, hechos de diversos materiales. Como perdemos la integridad de la colocación original, no sabemos bien si formaban parte de ‘mecanismos’ mayores”, continúa.
“Hay varios elementos misteriosos cuyo uso desconocemos», dice Alfredo Prieto
Una genética particular
Según los registros arqueológicos, parece que la población Selk’nam apenas excedió las 1.500 personas, en un territorio de casi 48.000 km2. Además, hasta el momento los científicos no saben determinar si estos individuos fueron descendientes directos de los primeros grupos que poblaron la isla, o si llegaron más tarde.
Los restos humanos del niño revelan que perteneció a un joven de corta edad que tenía una dieta predominantemente terrestre. Los análisis osteológicos no mostraron problemas óseos o patologías, lo que sugiere que era un individuo sin ninguna anomalía. “Desconocemos las causas del fallecimiento”, añade el experto.
La información etnográfica señala que las muertes infantiles no debidas a accidentes eran incomprensibles para los Selk’nam, que generalmente culpaba de ello a un chamán de un grupo enemigo y promovían actos de venganza.
Otra particularidad de este hallazgo es que proporciona la primera evidencia genética del subhaplogrupo mitocondrial D1g5 en la población de Selk’nam en Tierra de Fuego. Este hecho podría indicar que sus orígenes están en la primera ola de colonización humana de América del Sur.
“El haplotipo mitocondrial D1g5 no fue descrito hasta 2012 y en parte es porque tiene una distribución bastante restringida al sur de Sudamérica. Localmente, en el sur de Chile y Patagonia puede ser bastante frecuente. Se le ha calculado una antigüedad de unos 15.000 años, es decir, resultado de la llegada de algunos de los primeros colonizadores de América y su subsiguiente dispersión por el cono sur”, explica a Sinc Carles Lalueza Fox, investigador del Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC) y coautor del estudio.
Lugar del hallazgo junto a la costa de la Bahía Inútil, Tierra del Fuego / Universidad de Magallanes
Las muertes infantiles no debidas a accidentes eran incomprensibles para los Selk’nam, que culpaban de ello a un chamán enemigo.
Es la primera vez que se describe en Tierra del Fuego, pero es coherente con la posibilidad de que hubiera contactos con poblaciones locales al norte del Estrecho de Magallanes. “También cuadra con indicaciones de restos marinos, ya que el niño se encontró en la costa del canal y aunque los Selk’nam eran cazadores recolectores terrestres, indicaría menos aislamiento del que se suponía por testimonios etnográficos y más contactos con poblaciones vecinas”, argumenta Lalueza Fox.
Actualmente su equipo está secuenciando algunos genomas de aborígenes de Tierra del Fuego para integrarlos en el contexto de la diversidad genómica del continente americano. “Es posible que podamos encontrar algunas evidencias de selección natural y adaptación al frío en algunos genes relacionados con el metabolismo”, concluye.
Tan solo otros cinco haplogrupos de ADNmt se han descubierto hasta ahora en muestras de poblaciones antiguas en esta región: la de este niño Selk’nam, dos Yamana y dos Kawesar.
Interacción con otras culturas
El entierro proporciona evidencia de interacciones de largo alcance con otras culturas tanto en el continente, como en otras partes de la isla. Sus vecinos inmediatos eran otros grupos nómadas, dos marítimos (Yamana y Kawesar) y dos terrestres (Haush en la isla y Aonikenk en el continente).
Los Selk’nam no eran navegantes, por lo que todos los artículos de este tipo que se encontraron en el enterramiento provendrían de fuera de Tierra del Fuego, obtenidos de sus vecinos cercanos.
Actualmente el equipo está secuenciando algunos genomas de aborígenes de Tierra del Fuego.
Contactos directos e indirectos con estos grupos serían cruciales para obtener acceso a animales exóticos y materias primas, como por ejemplo, el ñandú de Darwin (Rhea pennata), la obsidiana verde o los restos de molusco D. magellanicum hallados en yacimientos de esta región.
El ñandú de Darwin se extinguió en Tierra del Fuego a finales del Pleistoceno, y su presencia entre las tumbas significa que probablemente fue traído de la estepa continental.
La obsidiana ya se había descubierto previamente en Bahía Inútil, no muy lejos de este enterramiento. D. magellanicum habita las profundidades marinas de Magallanes y probablemente fue recogido por mar en botes. “Los Selk’nam no eran navegantes”, apunta Prieto.
Este entierro proporciona una ventana única para descubrir aspectos previamente desconocidos de la sociedad Selk’nam.