En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, Leticia Caro comparte las experiencias que marcaron una nueva versión de esta iniciativa que se realizó en la Región de Magallanes. «Experimentar como lo hacían sus antiguos» reflexiona. [Diana Porras]
“El premio es para quienes quieran conservar esa conexión”. Así lo comenta Leticia Caro, representante y líder de la comunidad Kawésqar Nómades del Mar, cuando comparte las experiencias que marcaron una nueva versión del taller de buceo que se realizó en la Región de Magallanes.
Durante los últimos días de febrero, cuatro instructores viajaron a la zona austral para compartir sus conocimientos. Daniela Magnasco, campeona nacional de apnea y oro panamericano; Diego Hernández, instructor de pesca submarina; Enrique Guillaume, instructor de apnea; y Fernando Pardo, gestor del encuentro.
Luego de tres años, la iniciativa contó con más de veinte participantes que concentraron su aprendizaje en materias teóricas y prácticas.
En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, Leticia Caro reflexiona: “Hay que recordar que los chicos del taller están aprendiendo a subsistir, a entender que en el mar se vive la soberanía alimentaria y que es el corazón de su cultura de mar”.
–¿Cuál fue el origen de esta iniciativa?
Es muy importante el origen porque le da camino a lo que sigue …Lo primero es que el pueblo kawésqar es conocido a nivel país e internacional como parte de los pueblos australes que fueron víctima de genocidio en la colonización lo que, además, trajo consigo la extinción de muchas formas. En el fondo, quitarle a los kawésqar la forma que tenían de transitar dentro del territorio y de cómo se conectaban, en este caso, nuestros antiguos con el mar.
En conjunto con Ramón Navarro (surfista profesional), una vez le dimos al sueño. Él me preguntaba: ¿Qué es lo más cerca que se podía estar del mar? Le dije que en mi caso solo en un bote porque no sé bucear ni nada parecido. Me dijo que él me enseñaba a bucear y le contesté que me encantaría, pero yo presido una comunidad y a mí me gustaría que todos aprendieran esa proximidad con el mar …que alguna vez nos quitó la historia.
Luego de un par de meses, él volvió con todo el equipo y listo para comenzar. Al principio, no sabía si iba a cumplir, pero el hombre cumplió a cabalidad con lo que conversamos y ahí arranca el taller de buceo.
Leticia Caro. Imagen en canal de youtube de UChile Indígena.
–Después de tres años, ¿se mantiene vigente?
Y tiene que ver también con la filmación de un documental que se llama “Corazón Salado” donde Ramón fue a navegar con nosotros para saber también que estaba sucediendo con la industria, con nuestros lugares de pesca y los niveles de afectación que tenemos en los espacios.
Ha sido una experiencia súper linda y hemos ido creciendo. Empezamos con lo básico, pero nuestra idea también es que esto se fortalezca y vaya creciendo en la medida de lo posible.
Y es por eso que el año pasado, Fernando Pardo me dijo que quería cooperar entonces nació esta idea de traer instructores para el taller de buceo y es lo que hemos conseguido este 2025. En esta temporada, nos visitaron cuatro expertos en apnea y en distintas disciplinas como caza con arpón y salvataje en el mar. El nivel de los expertos que vinieron era extraordinario y el nivel como personas mucho más extraordinario.
Y así, fuimos concretando este último taller y nos quedaría una temporada todavía este año por lo que esperamos tenerlos por aquí nuevamente haciendo lo mismo o profundizando en otras materias como primeros auxilios y todo lo que tenga que ver con la seguridad. En este caso, los niños, jóvenes y adultos, que están conectándose con el mar, sepan que van a estar bien preparados.
Estos talleres están enfocados en el pueblo kawésqar, en los kawésqar, pero específicamente en los que defienden el mar. ¿Y por qué es así? Porque la escasez de oportunidades que tenemos es realmente preocupante. Por eso, el premio es para quienes quieran conservar esa conexión con el mar y experimentar como lo hacían sus antiguos. Este año también abrimos la opción a personas conscientes de lo importante que es proteger el mar e incorporamos cuatro personas que no son kawésqar, pero tienen un gran compromiso con el tema.
–¿Cuáles son los recuerdos y emociones que marcaron esta última versión del taller de buceo?
Nosotros, en lo constante, somos un grupo muy unido. Siempre nos cuidamos los unos a los otros, quienes asistieron experimentaron ese cariño y es, en el fondo, lo que entregamos. Además, se recepcionaron muy bien las instrucciones que nos vinieron a dejar y también tuvimos la oportunidad de bucear en distintos puntos. Nuestro taller de buceo es nómade haciendo esa memoria a los kawésqar, que se movían en canoas.
Creo que las emociones son muchas y variadas porque también lo que recibimos no es menor. Hay que recordar que los chicos del taller de buceo están aprendiendo a subsistir, a entender que en el mar se vive la soberanía alimentaria y que es el corazón de su cultura de mar. Entonces, los sentimientos son de agradecimiento a los instructores, a cada uno de ellos, con una especialidad distinta y …fue emocionante. Nos vieron como somos y no con disfraces.
–¿Dónde se realizó el taller?
El taller se realizó en Punta Arenas, específicamente en la Bahía de Río Seco, en la Bahía de 21 de mayo y en la Bahía de Punta Árbol. En un Espacio Costero Marino (ECMPO) que estamos solicitando para proteger y que hemos denominado Tawokser.
Imagen en @buceo_nomades.del.mar
–Recordando esas conexiones ancestrales, el rol de las mujeres también se relacionaba con el mar. ¿Qué otros relatos pueden compartir?
Una de las cosas muy importantes, y por qué recurrimos en este caso a la memoria del buceo, es porque las mujeres, las antiguas, eran perfectas buceadoras. Nacían para hacer eso…
Ellas eran las encargadas de la recolección de mariscos y otros en el mar mientras los hombres se dedicaban a la caza y otras cosas.
Existe un quiebre en el uso, en las formas de subsistir que está dado por la colonización donde hay un cese de las actividades propias que realizaba el pueblo kawésqar. Y esto no es una historia vieja, es una historia nueva. No tiene más de doscientos años …donde se dejó de hacer, paulatinamente, lo que era característico de los kawésqar hace seis mil años.
Y depende de nosotros tratar de revivirlo.
La lengua también está mutilada y perdida, tratamos de recuperarla de alguna forma. No de la manera que hablaban los antiguos porque el lenguaje está unido al territorio, las vivencias y la forma de ver el mundo. Tratamos de adaptar ese mundo, ese lenguaje con lo que tenemos hoy que es el idioma español. Es así que entendemos a los taiwaselok hoyok, que literalmente significan los kawésqar muertos (los ancestros) y el mar Chams waes.
Estamos en preciso momento de aquellos rescates.
–“La siguiente columna tiene un fin explicativo” informaba la comunidad en un texto publicado por la Prensa Austral y que se titula Las ocho etapas de los ECMPO (Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios). ¿Por qué les pareció necesario visibilizar este tema?
La idea de las columnas en la prensa es otorgar información fidedigna de la Ley Lafkenche (20.249). En ellas se busca explicar de manera sencilla cuál es el objetivo de estos espacios costeros, eso porque en Magallanes y en Aysén han sido mutilados de alguna manera por la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC).
Como un mes antes de que sea la junta de la Crubc, se demoniza de tal manera los espacios marinos que es como si nosotros estuviésemos tratando de apoderarnos de un espacio donde nadie va a poder ingresar. Hemos estado tratando de aclarar estos puntos.
Los espacios costeros marinos nacen a raíz de esta falta de garantías para los pueblos indígenas dentro de la Ley de Pesca. Y si hoy día revisamos la discusión de la Ley de Pesca, los pueblos indígenas están ausentes con sus derechos…nosotros no entramos en ninguna parte. Lo único que nos está garantizando nuestros derechos como habitantes costeros es, en este caso, la Ley Lafkenche. Es lo único que nos asegura que nuestros derechos de uso consuetudinario van a estar resguardados.
Ahora bien, la Ley Lafkenche está orientada al pueblo mapuche y su habitar en el borde costero. Y éste es distinto al kawésqar, pero la ley puede compatibilizar las dos formas. Lo que se ha dicho mucho es que nosotros estamos solicitando espacios que son muy grandes. Pero nadie se da cuenta que los canales son muy angostos, nadie se da cuenta que somos descendientes de un pueblo de nómades del mar donde cualquier espacio es pequeño y donde nosotros no abarcamos ni un cuarto de lo que es el territorio kawésqar en su extensión.
Sin embargo, la industria salmonera, los privados, y también los políticos que operan a favor de la industria, han declarado que a nosotros no nos van a aprobar nada, que hagamos lo que hagamos, al momento de llegar a la Crubc no vamos a tener garantías de derechos. Eso en sí mismo, es una vulneración.
Entonces nosotros decimos: -Bueno, pero tendremos la oportunidad de informar. Porque se le está planteando a las personas que nosotros nos vamos a apoderar y que vamos a cobrar para ingresar a los espacios…es una tontería. E incluso, los marinos decían que ellos no iban a poder fiscalizar, sus faros u otros, que es ya lo último en invenciones. La Ley Lafkenche no está por encima ni de la subsecretaria de las Fuerzas Armadas, ni la Marina, ni nada que tenga que ver con el litoral. No está por encima de ninguna Ley que hoy en día regula la pesca artesanal, ni acuicultura, etc.
Esperamos que esta información sirva para que la ciudadanía también vaya educándose y empoderarse, porque ellos también pueden unirse a nosotros. Los derechos de uso consuetudinario van a ser nuestros, pero los espacios son de todos y entre todos podemos conservarlos.
El llamado es a informarse, entender que los pueblos indígenas no somos enemigos de nadie y que, en especial, nuestra comunidad está apostando por un rescate. Por una reconexión, por la memoria histórica del territorio y, en este caso, en la defensa del mar.
No dejarse llevar por las fake news (noticias falsas).
Son espacios marinos delimitados, cuya administración es entregada a comunidades indígenas o asociaciones de ellas que han ejercido el uso consuetudinario de dicho espacio constatado por CONADI.
Pueden solicitar estos espacios aquellas comunidades indígenas inscritas en el registro de CONADI.
La delimitación necesaria está determinada por la superficie que asegure el ejercicio del uso tradicionalmente realizado. Dicho espacio costero será entregado en destinación por la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, quien suscribirá un convenio de uso con la asociación de comunidades o comunidad asignataria una vez que la comisión intersectorial apruebe el plan de administración que presente la comunidad o asociación de comunidades.
El uso y administración del ECMPO estará a cargo de la asociación o comunidad a la cual se le aprobó el plan de administración. En dicho plan se detallan las actividades a realizar, los usuarios y los demás requisitos que establece el reglamento. La duración de la administración de un espacio costero es de carácter indefinida, a menos que se efectúen incumplimiento o infracciones.
Se entiende por derecho consuetudinario aquellas prácticas o conductas realizadas por las comunidades de manera habitual y que forman parte de su cultura, tales como religiosas, económicas, recreativas, entre otras.
Una expedición en alta mar frente a las costas chilenas ha recién sacado a la luz algunos hallazgos excepcionales, que trasforman nuestra comprensión de la biodiversidad marina.
Investigadores del Schmidt Ocean Institute (SOI) han cartografiado amplias áreas del océano y documentado más de 100 nuevas especies así como el descubrimiento de cuatro montañas submarinas desconocidas hasta ahora. Estos resultados abren nuevas perspectivas sobre la vida marina y destacan la importancia de proteger estos ecosistemas valiosos.
Exploraron 52 mil kilómetros cuadrados
Una misión de exploración dirigida por el Schmidt Ocean Institute permitió hallazgos revolucionarios frente a las costas chilenas. Entre el 8 de enero y el 11 de febrero, los investigadores utilizaron Falkor, el barco previsto al efecto, para cartografiar cerca de 52.800 kilómetros cuadrados del océano, centrándose en los montes submarinos de Nazca y Salas y Gómez, así como en los parques marinos Juan Fernández y Nazca Desventuradas.
Un tesoro de biodiversidad marina
La expedición llevó al descubrimiento de cuatro montañas submarinas, la más imponente de las cuales se llama Solito y alcanza una altura de 3.530 metros. Adicionalmente, identificaron más de 100 especies marinas desconocidas, entre las cuales erizos de mar de forma oblonga, esponjas complejas, corales en espiral e incluso un bogavante de ojos saltones. A continuación, los biólogos analizarán algunas muestras de éstas para verificar que aún no eran listadas como parte de las especies ya conocidas. Estos descubrimientos representan un paso adelante significativo con respecto a nuestro conocimiento de las profundidades marinas. “Siempre se espera encontrar nuevas especies en estas zonas remotas y poco exploradas, pero las cantidades que encontramos, en particular para algunos grupos como las esponjas, son increíbles”, declaró Javier Sellanes, el director del grupo de investigadores.
La importancia de la conservación de los ecosistemas marinos
Las montañas submarinas desempeñan un papel fundamental en los ecosistemas oceánicos como puntos calientes de biodiversidad. El descubrimiento de nuevos montes submarinos frente a Chile destaca la importancia de proteger los hábitats marinos valiosos. De hecho, estos ecosistemas son vulnerables a las actividades humanas tales como el arrastre y la explotación minera en aguas profundas. Los datos recogidos proporcionan una idea preciada de la biodiversidad marina e informan las estrategias de preservación.
Tras la muerte de Cristina Calderón, conocida como la última hablante de este idioma en todo el mundo, se pensó que esta lengua originaria también desaparecería. Pero aún hay esfuerzos para mantenerlo con vida. Esta es su historia.
En 2009, Cristina Calderón fue reconocida como Tesoro Humano Vivo por la UNESCO por ser la última hablante nativa de la lengua yagán. En su comunidad la llamaban abuela Cristina, y el solitario relato de su idioma dio la vuelta al mundo.
Aprendió a hablar esta lengua índigena gracias a sus padres y abuelos, mientras los veía trabajar en la pesca y otras actividades ancestrales de la cultura yagán o yámana. Este pueblo nómade, que ha habitado en el extremo austral del continente desde hace más de 7000 años de acuerdo a registros antropológicos, entró en contacto con los barcos mercantes que pasaban por la ruta de Cabo de Hornos en las primeras décadas del siglo XIX.
Población yámana fotografiada por Henry Poirier. Fuente: Archivo Biblioteca Nacional.
Al igual que sus pueblos vecinos, los kawéskar y los selk’nam, se enfrentaron a misiones de colonización y su población se vio drásticamente reducida por las enfermedades contraídas de los visitantes extranjeros. Los yaganes estuvieron al borde de la extinción, hasta que algunos descendientes se asentaron en la Isla Navarino, región de Magallanes, donde la mayoría de la población se encuentra hasta hoy. Sin embargo, y como pasó en otros casos de pueblos originarios, tuvieron que adaptarse al español y a la vida en sociedad.
En toda la isla, sólo la familia de Cristina mantuvo el idioma yagán como primer idioma, y tras el fallecimiento de sus dos hermanas, Cristina ya no tuvo con quien hablar su idioma nativo. Se esforzó en enseñarle a otros descendientes de yaganes, pero nadie consiguió la fluidez necesaria para entablar una conversación con ella. Ni siquiera sus hijos y nietos, quienes debieron adoptar el español como nativo.
Cristina Calderón en su hogar, fotografiada en 2019. Foto: REUTERS/Jorge Vega.
Aún así, se dedicó a preservar el idioma de sus ancestros hasta sus últimos días. La ‘abuela Cristina’ se convirtió en narradora de cuentos e historias de sus antepasados, y en profesora de todas las personas que quisieran aprender el yagán. Tras su muerte, el 16 de febrero de 2022, muchos pensaron que el yagán también iba a desaparecer. Pero al día de hoy aún existen esfuerzos por mantener el idioma con vida.
¿Qué pasó con la lengua yagán tras la muerte de su última hablante nativa?
Una de las primeras personas en registrar y estudiar la lengua yagán fue una de las nietas de Cristina Calderón. Cristina Zárraga, nacida en la ciudad de Concepción, se convirtió en una ikamanakipa(escritora, mujer que escribe) y una nueva guardiana del yagán.
Con la colaboración del lingüista Oliver Vogel, publicó en 2010 un diccionario yagán que hoy es utilizado en algunas escuelas locales para enseñar el idioma a las nuevas generaciones. Según el Ministerio de Educación, en los establecimientos en donde hay al menos un 20% de estudiantes de una cultura originaria es deber que exista una asignatura de su lengua, en este caso el yagán.
Yágankuta, diccionario yagán hecho por Cristina Zárraga. En la imagen, palabras e ilustraciones para identificar día y noche. Fuente: Biblioteca Pública Digital.
Este diccionario no sólo incluye algunas palabras básicas y su significado, sino también actividades de lectura e instrucciones para pronunciar algunos de los sonidos característicos del idioma.
Además, Zárraga ha escrito tres libros tanto sobre su abuela Cristina como de las leyendas y costumbres que ella y otros descendientes yaganes le transmitieron. Muchos de estos han sido adaptaciones y traducciones de registros de audios de Calderón, que también son estudiados por lingüistas nacionales e internacionales.
Estos registros auditivos han permitido realizar un proceso de formalización de la gramática y la fonética, para que pase a ocuparse masivamente dentro de la comunidad. De acuerdo a Elisa Loncón, doctora en lingüística de la Universidad de Santiago, señala que “mientras existan registros las lenguas pueden reactivarse. Las comunidades siempre buscarán hablar su idioma”.
Por su parte, el Museo Territorial Yagan Usi en la ciudad de Puerto Williams es uno de los pocos lugares donde se pueden visitar, ver y escuchar algunos registros de la cultura yagán. El “museo más austral del mundo” fue reinagurado en enero de 2024, y se enfoca en mantener un espacio patrimonial que pueda ser visitado tanto por la comunidad local como por turistas.
Este último cuenta con módulos interactivos y mediadores que difunden información sobre este pueblo.En la visión de Alberto Serrano, director del establecimiento, mantener el idioma yagán es fundamental para preservar la identidad del territorio. Aunque la ciudad de Puerto Williams es relativamente nueva, comenta, “los yámanas son un pueblo vivo que está acá hace más de siete mil años. Proteger esta lengua, que cada vez tiene menos hablantes, es muy importante para esta zona”.
Lenguas indígenas en extinción: El yagán tras la muerte de su última hablante nativa
De acuerdo a la UNESCO, existen más de 6000 idiomas distintos en todo el mundo, y el 40% tiene un alto riesgo de desaparecer. Se trata principalmente de lenguas como el yagán, que son habladas por comunidades que se han enfrentado a la colonización o desplazamiento. Por ello, cada 21 de febrero esta entidad conmemora el Día Internacional de la Lengua Materna.
Niños yaganes en una misión evangelizadora. Foto: Archivo Biblioteca Nacional.
Según Loncón, el objetivo de esta conmemoración es “crear conciencia del valor de la diversidad lingüística, porque las lenguas son instrumento para comunicar culturas, visiones de mundos, conocimientos, saberes.La humanidad se empobrece con la pérdida de las lenguas maternas”.
En el mismo sentido, la lingüista Sabina Canales de la Universidad Alberto Hurtado explica que “un idioma no es solo un sistema de palabras y significados, sino que está cargado de identidad. Tenemos una diversidad de lenguas porque tenemos una diversidad de culturas”.
En Chile existen diez pueblos indígenas que aún tienen vigencia en la actualidad. Cerca de un 84% de las personas descendientes de culturas originarias en el país pertenecen a la cultura mapuche, seguido por los aymaras y los diaguitas, de acuerdo a IWGIA. Loncón comenta que menos del 10% de ellos habla su idioma originario como primera lengua, y que esto es un problema para preservar la cultura.
Canales cuenta que la importancia de los idiomas para los pueblos originarios se puede ver en casos como los del pueblo Chango, del que no existen vestigios de su idioma y por lo tanto “se piensa que no existieron”, por lo que se puede hablar de una carencia de esta identidad en el patrimonio cultural de Chile.
A su vez, la lingüista hace énfasis en la importancia de ver el español usado en Chile como la lengua materna de la mayoría de personas en el territorio nacional. Este “español chileno” se ha nutrido de palabras provientes de las culturas originarias, y junto a otras variaciones como la aspiración de algunas letras o entonaciones según la zona del país, “son parte de la diversidad lingüística que se debe respetar”.
“No soy la única ni la última”: la lengua yagán tras la muerte de su última hablante nativa
En 2016, Cristina Zárraga presentó su libro “Cristina Calderón. Memorias de mi abuela yagán”. En la presentación ante la comunidad en el Museo Yagán Usi, la escritora contó que su abuela le dijo que no era la única ni la última yagán del mundo, como erróneamente fue catalogada a nivel nacional e internacional.
El director del Museo Yagán Usi comenta que este pueblo ha sido denominado extinto injustamente, ya que las comunidades locales aún siguen en vigencia. Los descendientes de la cultura Yagán viven principalmente en Bahía Mejillones, en Puerto Williams, y además de enseñar y aprender su idioma ancestral, mantienen tradiciones como la cestería hecha con fibra vegetal.
Serrano resalta la importancia de las educadoras que ocupan materiales didácticos en yagán en los establecimientos educacionales locales y mantienen vivo el relato de Cristina Calderón. Además, comenta que el yagán también vive en algunas expresiones de la región de Magallanes, y en palabras como“mamihlapinatapei”, conocida como “una de las palabras más hermosas e imposibles de traducir del mundo”. Esta hace referencia a la mirada entre dos personas que desean iniciar algo, pero que no se atreven a dar el primer paso para comenzar.
En el mismo sentido, según Loncón, lo importante a tener en cuenta es que mientras exista esta comunidad existirá su idioma. La académica Usach hace énfasis en que “las lenguas no viven en el vacío, le pertenecen a las comunidades. Y los esfuerzos colectivos son fundamentales para que esta lengua perviva“.
Los dibujos datan de hace 8.200 años y fueron encontrados en Neuquén por un grupo de científicos argentinos y chilenos
Muestras de arte rupestre en la Cueva Huenul (Guadalupe Romero Villanueva/CONICET)
“La Patagonia fue la última región explorada por el hombre. Si bien su arte rupestre es de importancia mundial, en gran medida permanece sin datar”, señaló un estudio de investigadores argentinos y chilenos que encontró en una cueva de la Patagonia muestras del arte rupestre más antiguo de Sudamérica.
Los investigadores analizaron 895 pinturas en la cueva Huenul 1, un refugio rocoso de 630 metros cuadrados ubicado en Neuquén, y estimaron que las expresiones artísticas databan de hace 8.200 años. Este hallazgo, publicado por Science Advances, representa un importante testimonio de la capacidad artística y la transmisión cultural de las sociedades cazadoras-recolectoras que habitaron la región durante el Holoceno medio.
El estudio liderado por la arqueóloga argentina e investigadora del Conicet Guadalupe Romero Villanueva, sugiere que estas obras artísticas podrían haber servido como una herramienta de resiliencia ante las áridas condiciones climáticas de la época.
“El arte rupestre de la cueva de Neuquén es el más antiguo de América del Sur, según la prueba de un fechado directo a través de la técnica de carbono 14. Hay otros sitios con arte rupestre que podrían ser más antiguos, pero solo cuentan con fechados relativos. Se sabe que América del Sur estuvo poblada hace más de 12.000 años”, dijo Ramiro Barberena, uno de los investigadores y coautores del trabajo, en diálogo con Infobae.
Un equipo de investigadores dirigido por Romero Villanueva fechó con radiocarbono pequeñas muestras de carbón mezclado con los pigmentos del arte rupestre (gentileza revista Science)
“Hay una estimación de que las pinturas de arte rupestre en Cuevas de las Manos, en Santa Cruz, podrían ser más antiguas. Pero eso se estima por una inferencia contextual (en base a qué estrato apareció un pedazo caído de la pintura) y no por un fechado directo. No se ha realizado fechado de carbono 14 en las pinturas de las Cuevas de la Manos hasta el momento. Es decir, no hay una fecha directa para el arte rupestre de Cuevas de las Manos. En cambio, en el arte rupestre de la cueva de Neuquén, sí está hecho el estudio con fechado de carbono 14 y eso es una evidencia directa”, completó el investigador en arqueología Barberena.
Los investigadores ubicaron dentro de las pinturas un motivo en forma de peine, repetido a lo largo de más de 3,000 años, lo que señala una “continuidad” y una tradición artística transmitida de generación en generación. La persistencia de estos diseños a través del tiempo refleja una intención más allá de la simple decoración; se trata de un legado del pensamiento y la visión del mundo de estas civilizaciones antiguas.
Los pigmentos empleados varían entre tonalidades de amarillo, blanco y negro, marcando diferentes etapas de la historia precolombina de esta región. La variedad de los diseños, además, habla de la riqueza y complejidad de su simbolismo y comunicación.
“Aunque no sabemos cuál fue, pero podemos plantear un nivel de transmisión cultural marcado por esta tradición de hacer arte rupestre”, explicó Ramiro Barberena, del Conicet y de la Universidad Católica de Temuco (Chile).
Además, Barberena señaló que el contexto ambiental extremadamente árido y caliente del Holoceno medio brindan a estas expresiones artísticas un significado especial, ya que los científicos suponen que actuaban como puntos de encuentro y comunicación entre las dispersas poblaciones de cazadores-recolectores.
Los altísimos muros de piedra de la cueva Huenul de Argentina, un refugio rocoso de 630 metros cuadrados en el norte de la Patagonia, están cubiertos por casi 900 pinturas distintas de formas geométricas, personas y animales (crédito MEdP)
Este arte rupestre, además de manifestar la capacidad estética de los primeros pobladores, da cuenta de las profundas implicaciones sociales y ecológicas que enfrentaban.
“Ese arte rupestre surgió en parte como una respuesta resistente al estrés ecológico por parte de poblaciones altamente móviles y de baja densidad”, señaló Romero Villanueva. La existencia de estas pinturas en la cueva Huenul 1 sugiere la importancia de este lugar como sitio de reunión y ceremonia, lo que trasciende su valor estético para convertirse en un punto clave en la estructura social y la supervivencia de estas comunidades.
La investigación subraya la relevante tradición artística que sostuvieron estos primeros habitantes de la Patagonia, transmitiendo sus conocimientos y técnicas a lo largo de más de cien generaciones.
Estos hallazgos no solo enriquecen la comprensión del arte rupestre en Sudamérica, sino que también aportan información valiosa sobre las dinámicas sociales de población, las estrategias de adaptación y la complejidad cultural de las sociedades prehistóricas en uno de los últimos territorios colonizados por el ser humano en el planeta.