Se trata del biólogo e investigador Gustavo Lovrich (CADIC-CONICET), quien aclaró que si bien la centolla “no es una especie en extinción, los rendimientos de la pesca son cada vez menores” debido a la “sobre pesca” realizada en la Isla en los últimos años, tanto del lado argentino como del chileno. Por su parte, el reconocido chef de Ushuaia, «Lino» Adillon, reconoció que “para proteger el ecosistema debemos estar permanentemente alertas al impacto que pueda generar el hombre”.

Especialista del CADIC explica razones de la falta de centollas en TDF

Por Redacción Infofueguina, viernes, 8 de septiembre de 2023 · 12:56

El biólogo e investigador Gustavo Lovrich (CADIC-CONICET) explicó las razones de la falta de centolla en Tierra del Fuego y atribuyó la situación enunciada a la “sobre pesca” realizada en la Isla en los últimos años, tanto del lado argentino como del chileno.

De todos modos, el especialista aclaró que no se trata de “un especie en extinción” sino de que “los rendimientos de la pesca (de dicho producto) son cada vez menores”

En diálogo con FM Master’s, Lovrich observó que  este fenómeno se viene registrando “durante las últimas dos décadas”, en la que “son una minoría los ejemplares hembras en edad reproductiva que tienen huevos”.

“Esto ocurre no solamente aquí, sino también en Chile, donde la extracción de pesca es muy importante”, señaló, para alertar luego que “se trata de un muy mal signo, porque indica que la población no está saludable”.

El profesional explicó que “en una población saludable, por el contrario, de lo que sucede ahora, la mayoría de hembras en edad reproductiva deberían tener huevos”.

“La centolla demora siete años hasta llegar a la madurez sexual, el momento en el cual se puede reproducir” y que “las hembras se encuentran con los machos una vez al año y desde enero hasta octubre, llevan los huevos (de 30 mil a 150 mil), hasta el momento en el que nacen las larvas”.

Además precisó que “en los primeros estadíos de las centollas, debido a la fragilidad y poca supervivencia en esta instancia, se refugian en los gigantes bosque sumergidos de macroalgas (de la especie Macrocystis pyrifera o ‘cachiyuyo’) que bordean la costa fueguina”.

Tras anotar que “el principio de la extracción de poblaciones naturales es que se saca lo que crece de más” porque “de esa manera, se sabe que ese excedente se va a reponer, y entonces se puede volver a sacar”, Lovrich lamentó que “en la actualidad, estamos sacando el capital y no los intereses de esas poblaciones”.

“Ese capital se va agotando y el resultado es que no vemos hembras con huevos”, alertó, y advirtió que “si no fiscalizamos lo que ocurre, no vamos a conseguir buenos resultados” en dicha actividad, con el agravante de que como la centolla “está en el código genético de Ushuaia y Tierra del Fuego, hace a nuestra identidad y también es parte del turismo, como destino gastronómico”.

En ese sentido, consideró que el asunto “tiene que ver con el cuidado del ambiente y del mar que queremos preservar y que, muchas veces, desconocemos”.

En el mismo sentido, el reconocido chef local Luis “Lino” Adillon, reconoció que la centolla es el protagonista principal de lo que él llama el “recurso mar” de Tierra del Fuego y que, inclusive, “en el Canal de Beagle, muchísimos mejillones bivalvos, erizos, cholgas, almejas (blancas, negras, navajas), caracoles y una infinidad de peces, entre los que se destaca el róbalo, además del pejerrey y sardinas”.

“Los artesanos tienen acceso a una amplia canasta de recurso alimentario”, resaltó Adillon, quien agregó que “por otro lado, en la corriente circumpolar antártica tenemos la codiciada merluza negra y un poco de savorín y cojinova, que son productos de alta gama”.

En ese marco, comentó que “nosotros, como restorán, tratamos de brindar conocimiento a nuestros clientes, un conocimiento que proviene de los pescadores artesanales, de las lecturas y de la información que nos brindan los científicos del CADIC”.

El Chef aseguró que, en su restorán, siempre elige los productos de la pesca artesanal, antes que los industriales, porque los primeros “los obtenemos inmediatamente: frescos y recién sacados del agua”, por lo que “sólo optamos por los industriales cuando están agotados los de cercanía”.

Adiilon coincidió con Lovrich en que “para proteger el ecosistema debemos estar permanentemente alertas al impacto que pueda generar el hombre”, y en que “es un gran error suponer que somos capaces de manejar la naturaleza y eso se pone de manifiesto en el hemisferio norte, con el saqueo y el deterioro que ha hecho el hombre en el mar; allí, tenemos un ejemplo de lo que puede ocurrir si hacemos un mal manejo”.

“Hay que estar atentos y tener mucho cuidado, porque la sed del hombre por ganar plata lleva a la destrucción”, alertó.

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