Tenía 56 años. Fallece en Río Grande Virginia Choquintel. Había sufrido el desarraigo, la soledad, el alcoholismo y la contradicción de ser descendiente de padre y madre selk´nam y desconocer la historia y cultura de su pueblo.
El fallecimiento de Virginia Choquintel en Río Grande a los 56 años marca el fin de una vida signada por el desarraigo y la búsqueda de identidad. Nacida en 1942, en una época en que la población Selk’nam se encontraba diezmada por la violencia y las enfermedades, Choquintel encarnó la paradoja de ser descendiente de un pueblo originario al que, paradójicamente, desconocía.
Apenas tenía algunos borrosos recuerdos de su padre, durante su infancia en la Misión Salesiana: “todas las tardes venía a buscarme y me llevaba a pasear a caballo”, pero no recordaba “si conversábamos”. Su madre sucumbió a una epidemia, “de mi mamá casi no me acuerdo… murió cuando era muy chiquita” (entrevista del autor en mayo de 1994).
Su infancia transcurrió en una misión salesiana, donde sus lazos culturales se debilitaron. Sus recuerdos de sus padres eran fragmentarios, y la historia de su pueblo, un relato ajeno. La información sobre las matanzas de indígenas, que llegó a sus oídos tardíamente, la sumió en la angustia.
Tras años trabajando como empleada doméstica en Buenos Aires, un encuentro fortuito propició su regreso a Río Grande en 1989. Allí, comenzó a reconstruir su pasado y a conectar con sus raíces. Su historia atrajo la atención de estudiantes e investigadores, aunque ella misma reconocía su limitado conocimiento sobre la cultura Selk’nam.
“Me preguntan si yo sé cómo hacían fuego los indios, yo no sabía… ellos me decían que con piedras, ahora ya lo sé. Me hacían muchas preguntas, al final ellos sabían más que yo…”
En sus últimos años, Choquintel experimentó el reconocimiento tardío de una sociedad que intentaba mitigar su culpa por el genocidio. Sin embargo, estos homenajes no lograron disipar el sentimiento de soledad y olvido que la acompañó. Atormentada por las contradicciones, se sintió, a la vez, reconocida como «la última Selk’nam» y profundamente ajena a su propia herencia. Su vida fue un testimonio elocuente del impacto devastador de la pérdida cultural y la dificultad de recuperar una identidad arrebatada.
La Pacificación de la Araucanía: Análisis Exhaustivo de la Invasión, el Despojo y el Genocidio Mapuche
Pacificación de la Araucanía o ¿Genocidio Mapuche? (01/06/2025, conociendo.cl)
La historia de Chile tiene un capítulo escrito con eufemismos y sangre: la mal llamada «Pacificación de la Araucanía». Este artículo se sumerge en los detalles de este proceso (1861-1883), desmantelando el relato oficial para revelar una compleja operación de conquista militar, despojo legal y colonización forzosa que redefinió el destino del Estado chileno y del pueblo Mapuche, dejando un legado de conflicto que perdura hasta hoy.
Contexto Histórico: El Wallmapu Autónomo y el Estado Chileno Expansionista
Los Actores Clave del Conflicto
El Plan del Estado: La Propuesta de Ocupación de Cornelio Saavedra
La Ejecución Militar: Fases de una Guerra Asimétrica
4.1. Primera Fase (1861-1868): Avance y Fortificación
4.2. Segunda Fase (1869-1881): Pausa Diplomática y Consolidación
4.3. Tercera Fase (1881-1883): La Ofensiva Final
El Despojo Legal: Cómo las Leyes Aniquilaron la Propiedad Mapuche
5.1. La Ley de Radicación de 1866: El Arma Jurídica
5.2. Los «Títulos de Merced»: El Confinamiento en Reducciones
La Colonización Dirigida: Tierras para Unos, Despojo para Otros
La Catástrofe Humana y el Debate del Genocidio
7.1. Genocidio y Etnocidio: El Debate Conceptual
7.2. Perspectivas Historiográficas en Disputa
7.3. Evidencias de la Devastación Demográfica
El Impacto Total: La Desarticulación de la Sociedad Mapuche
Resistencia y Resiliencia Mapuche
Legado y Deuda Histórica: Las Raíces del Conflicto Actual
Análisis Comparativo: Araucanía, el «Desierto» Argentino y el Oeste Americano
1. Contexto Histórico: El Wallmapu Autónomo y el Estado Chileno Expansionista
A mediados del siglo XIX, la frontera sur de Chile estaba claramente delimitada por el río Biobío. Al sur se extendía el Wallmapu, el territorio ancestral del pueblo Mapuche, una nación independiente de facto que había resistido con éxito la conquista del Imperio Español durante más de 300 años. La sociedad Mapuche estaba organizada en una compleja estructura social y política basada en el lof (clan familiar), el ayllarewe (federación de lofs) y los butalmapus (grandes alianzas territoriales).
Para el Estado chileno, consolidado tras las guerras de independencia y bajo una fuerte influencia de las ideas europeas de progreso y Estado-nación, esta autonomía era un problema. Las élites políticas y económicas, bajo las presidencias de Manuel Montt (1851-1861) y, fundamentalmente, José Joaquín Pérez (1861-1871), vieron la ocupación como una necesidad imperativa para:
Apropiarse de recursos: Las tierras de la Araucanía eran vistas como el «granero de Chile», esenciales para el auge de la agricultura del trigo.
Unificar el territorio: Conectar la zona central con las colonias de Valdivia y Llanquihue, fundadas con inmigrantes alemanes a partir de 1845.
Afirmar la soberanía: Eliminar la frontera interior y proyectar una imagen de nación unificada y moderna ante el mundo.
2. Los Actores Clave del Conflicto
Este proceso histórico fue protagonizado por figuras y grupos con intereses y visiones del mundo radicalmente opuestas.
Categoría
Actores Relevantes
Rol en el Conflicto
Estado Chileno (Oficiales)
José Joaquín Pérez, Federico Errázuriz Z., Aníbal Pinto, Domingo Santa María
Presidentes de Chile que impulsaron y ejecutaron la política de ocupación.
Líderes de la resistencia Mapuche, organizando la defensa militar y diplomática de sus territorios (principalmente de los grupos wenteche o arribanos).
Otros
Colonos chilenos y europeos (alemanes, suizos, italianos), Orélie Antoine de Tounens
Ocuparon las tierras despojadas. Tounens, un aventurero francés, se autoproclamó Rey y su presencia fue usada como pretexto por Chile para justificar la ocupación.
3. El Plan del Estado: La Propuesta de Ocupación de Cornelio Saavedra
En 1861, el Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez presentó al Congreso chileno un detallado «Plan de Pacificación de la Araucanía». Argumentaba que la política de tratados y parlamentos había fracasado y que se requería una estrategia de ocupación material. Su plan, aunque disfrazado de un lenguaje «civilizatorio», era en esencia un proyecto de conquista en tres ejes:
Avance de la Frontera: Mover la línea militar desde el río Biobío hasta el río Malleco, estableciendo una línea de fuertes para asegurar militarmente el territorio.
Subdivisión y Venta de Tierras: Una vez «asegurado», el territorio entre ambos ríos sería subdividido en lotes y vendido por el Estado, generando ingresos fiscales y fomentando la propiedad privada.
Colonización: Promover activamente la instalación de colonos chilenos y extranjeros en las tierras recién incorporadas para «chilenizar» la región y desarrollar su potencial agrícola.
Este plan generó debate. Mientras la prensa y la élite de Santiago y Concepción lo apoyaron fervientemente, algunas voces criticaron la inminente violencia. No obstante, el Congreso lo aprobó, dando luz verde a la invasión.
4. La Ejecución Militar: Fases de una Guerra Asimétrica
La ocupación militar se desarrolló en varias fases, interrumpida por levantamientos Mapuche y la Guerra del Pacífico (1879-1883).
4.1. Primera Fase (1861-1868): Avance y Fortificación
Saavedra puso en marcha su plan, fundando o refundando fuertes como Angol, Mulchén, Negrete y Lebu. La estrategia era clara: cada fuerte era una punta de lanza que aseguraba un perímetro para la llegada de colonos. La resistencia Mapuche fue inmediata, dando lugar a una guerra de guerrillas y grandes levantamientos, como el liderado por el lonko Külapang. La respuesta del ejército fue brutal, aplicando la táctica de «tierra arrasada»: quemar rukas, destruir siembras y robar el ganado para provocar hambruna y forzar la sumisión.
4.2. Segunda Fase (1869-1881): Pausa Diplomática y Consolidación
Tras un gran levantamiento en 1868-1871, el avance militar se ralentizó. El Estado se enfocó en consolidar el territorio ya ocupado hasta el Malleco, mientras intentaba usar la diplomacia para neutralizar a los lonkos. Durante este período, el telégrafo y el ferrocarril comenzaron a conectar la frontera, facilitando la movilización de tropas y recursos. Este período de relativa calma se rompió con el estallido de la Guerra del Pacífico. Chile retiró parte de sus tropas de la Araucanía para enviarlas al norte, lo que los Mapuche vieron como una oportunidad.
4.3. Tercera Fase (1881-1883): La Ofensiva Final
Considerado el último gran levantamiento general, miles de guerreros Mapuche de distintas zonas se unieron en 1881 para atacar los fuertes chilenos. Sin embargo, el Estado chileno, victorioso y con un ejército profesionalizado y bien armado tras la Guerra del Pacífico, respondió con una fuerza abrumadora. Bajo el mando del Coronel Gregorio Urrutia, se lanzó la ofensiva final. Se ocupó el territorio hasta el río Cautín, se fundó Temuco (1881) y se avanzó hasta la refundación de Villarrica en 1883, dando por concluida militarmente la «Pacificación».
5. El Despojo Legal: Cómo las Leyes Aniquilaron la Propiedad Mapuche
La conquista militar fue inseparable de la conquista jurídica. El Estado chileno creó un marco legal específico para desmantelar la propiedad comunal Mapuche y transferirla a manos de colonos y latifundistas.
5.1. La Ley de Radicación de 1866: El Arma Jurídica
Esta ley, promulgada en pleno conflicto, es la piedra angular del despojo. Su lógica era simple y devastadora:
Creación de «Terrenos Baldíos»: La ley establecía que toda tierra que no estuviera «efectiva y continuamente ocupada» por los indígenas sería considerada «terreno baldío» (vacante) y, por tanto, propiedad del Estado. Esto ignoró que la economía Mapuche requería vastas extensiones para el pastoreo, la recolección y la rotación de cultivos, tierras que no estaban «continuamente ocupadas» pero eran vitales.
Negación de la Propiedad Comunal: El concepto de propiedad privada individual era ajeno a la cosmovisión Mapuche. La ley impuso este modelo, desarticulando la base comunal de la sociedad.
Comisiones de Radicación: Se crearon comisiones, compuestas por ingenieros y funcionarios estatales, para medir y delimitar las tierras, un proceso plagado de abusos, corrupción y desconocimiento de la cultura local.
5.2. Los «Títulos de Merced»: El Confinamiento en Reducciones
A las familias Mapuche se les «concedió» por «merced» del Estado un «Título de Merced» sobre una pequeña porción de sus tierras ancestrales. Estas propiedades, llamadas «reducciones», tenían graves problemas:
Tamaño Insuficiente: El promedio por persona era de unas 6 hectáreas, lo que hacía imposible replicar la economía ganadera anterior y condenaba a las familias a la agricultura de subsistencia y la pobreza.
Pérdida de Territorio: En total, se entregaron cerca de 3.000 títulos que sumaban unas 510.000 hectáreas. Esto representó la legalización de la pérdida de más del 90% del territorio Mapuche.
Fragmentación Social: El confinamiento en reducciones rompió las redes de parentesco y las alianzas políticas entre los lof, aislando a las comunidades y facilitando el control estatal.
6. La Colonización Dirigida: Tierras para Unos, Despojo para Otros
Mientras al pueblo Mapuche se lo reducía a la mínima expresión territorial, el Estado chileno desplegaba un generoso programa de colonización. El contraste en el trato es una de las claves para entender la profundidad de la injusticia.
Aspecto
Trato al Pueblo Mapuche
Trato a los Colonos Europeos/Chilenos
Acceso a la Tierra
Confinamiento en «reducciones» de 6 ha/persona en promedio.
Entrega de hijuelas de 40 a 500 hectáreas por familia, de mejor calidad agrícola.
Apoyo Estatal
Nulo. Se les despojó y luego abandonó. Eventualmente, raciones de subsistencia.
Pasajes gratuitos desde Europa, un año de pensión, herramientas, semillas, animales y asistencia médica.
Estatus Legal
Considerados «incapaces relativos» bajo un sistema de tutela a través de los «Protectores de Indígenas».
Plenos ciudadanos con derechos de propiedad y apoyo para su desarrollo económico.
7. La Catástrofe Humana y el Debate del Genocidio
La violencia de la «Pacificación» no fue solo militar o legal. Fue una catástrofe humana que diezmó a la población Mapuche y destruyó las bases de su existencia, lo que ha llevado a un serio y fundamentado debate sobre la aplicación del término «genocidio».
7.1. Genocidio y Etnocidio: El Debate Conceptual
La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU (1948) lo define como actos perpetrados con la «intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso». Los actos incluyen:
Matanza de miembros del grupo.
Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.
Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.
Muchos académicos argumentan que las acciones del Estado chileno, especialmente el tercer punto, se ajustan a esta definición. La destrucción de la economía, el despojo de tierras vitales y el confinamiento en zonas inviables fueron acciones deliberadas que, previsiblemente, causaron hambrunas y epidemias masivas. Complementariamente, se habla de etnocidio, la destrucción deliberada de la cultura de un pueblo, lo que también ocurrió a través de la prohibición de la lengua, la religión y la educación propia.
7.2. Perspectivas Historiográficas en Disputa
El entendimiento de este período está dividido por diferentes interpretaciones históricas.
Perspectiva
Historiadores Principales
Interpretación de la «Pacificación»
Tradicional / Estatalista
Sergio Villalobos
Un proceso inevitable y necesario para la unificación y modernización de Chile. La violencia fue un «choque de civilizaciones» con excesos de ambos lados, pero no una política de exterminio.
Revisionista / Crítica
José Bengoa, Jorge Pinto Rodríguez
Una guerra de conquista imperialista impulsada por intereses económicos de la élite. La violencia fue sistemática y el proceso constituyó un etnocidio y, para muchos, un genocidio.
Mapuche
Pablo Marimán, Sergio Caniuqueo
Una invasión y ocupación de un país soberano (Wallmapu). Se enfoca en la continuidad de la resistencia y enmarca el proceso como el inicio de una relación colonial que persiste.
7.3. Evidencias de la Devastación Demográfica
«Pasado el fragor de las batallas, comenzó el tiempo del miedo, de la peste, del hambre, de la pérdida de la identidad. […] Se calcula que entre veinte y treinta mil mapuches murieron de hambre y pestes entre 1881 y los primeros años del siglo XX.» – José Bengoa, historiador.
La población Mapuche, que se estimaba en cerca de medio millón de personas antes del proceso, sufrió un colapso. La combinación de muertes en combate, masacres, hambrunas post-despojo y epidemias de viruela y cólera —facilitadas por la desnutrición y el hacinamiento en las reducciones— provocó una catástrofe demográfica de la que el pueblo Mapuche tardaría más de un siglo en recuperarse.
8. El Impacto Total: La Desarticulación de la Sociedad Mapuche
La «Pacificación» provocó un quiebre estructural en todos los ámbitos de la vida Mapuche. Políticamente, la autoridad de los lonkos fue socavada, y las grandes alianzas territoriales se disolvieron. Económicamente, se transitó de una sociedad ganadera y agrícola próspera a una de subsistencia y pobreza endémica. Socialmente, la vida comunal se vio fracturada por la propiedad individual y la migración forzada a las ciudades, donde los Mapuche se convirtieron en un proletariado urbano discriminado. Culturalmente, la imposición de la escuela y la religión del Estado chileno inició un proceso de asimilación forzosa que amenazó la supervivencia del Mapudungun y la cosmovisión Mapuche.
9. Resistencia y Resiliencia Mapuche
A pesar de la devastación, el pueblo Mapuche nunca dejó de resistir. Tras la derrota militar, la resistencia se transformó. A principios del siglo XX surgieron las primeras organizaciones políticas modernas, como la Sociedad Caupolicán Defensora de la Araucanía y la Federación Araucana, que comenzaron a luchar por la restitución de tierras y los derechos civiles a través de medios legales y políticos. La memoria histórica y la identidad cultural se preservaron en la clandestinidad de la vida comunitaria y familiar, demostrando una extraordinaria resiliencia.
10. Legado y Deuda Histórica: Las Raíces del Conflicto Actual
La «Pacificación de la Araucanía» no es historia antigua; es el origen directo del conflicto que vive Chile hoy. Las demandas del movimiento Mapuche por territorio y autonomía se fundamentan en este despojo histórico. Conceptos como la «deuda histórica» del Estado chileno son centrales en el debate público. La Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato (2003) reconoció oficialmente el despojo y la violencia estatal como una violación de los derechos humanos y recomendó políticas de reparación que, en gran medida, siguen pendientes.
Los actuales conflictos con empresas forestales, la criminalización de la protesta social Mapuche mediante la aplicación de leyes antiterroristas y el debate sobre un Estado Plurinacional son ecos directos de este proceso de conquista no resuelto.
11. Análisis Comparativo: Araucanía, el «Desierto» Argentino y el Oeste Americano
El proceso chileno no fue un caso aislado. Ocurrió en paralelo a otras campañas de conquista de Estados-nación americanos sobre pueblos indígenas:
Conquista del Desierto (Argentina, 1878-1885): Casi simultánea y coordinada en ciertos aspectos con la chilena. Compartió la misma justificación ideológica (civilización vs. barbarie), las tácticas de guerra total y el objetivo de liberar tierras para la ganadería extensiva. También es calificada como genocida.
Guerras Indias (EE.UU., siglo XIX): El concepto de «Destino Manifiesto» justificó la expansión hacia el oeste. Procesos como el «Sendero de Lágrimas» y las masacres de Sand Creek o Wounded Knee, seguidos por el confinamiento en reservas, muestran patrones de despojo y violencia muy similares.
En todos los casos, los Estados nacionales emergentes utilizaron su superioridad militar y un marco legal autojustificatorio para despojar a los pueblos originarios de sus tierras, recursos y soberanía, dejando un legado de trauma y lucha por la justicia que continúa hasta hoy.
Conclusión: Una Historia por Reivindicar
La «Pacificación de la Araucanía» fue una guerra de conquista estatal que despojó a un pueblo de su territorio y buscó aniquilar su cultura. Comprenderla en toda su complejidad, con sus detalles militares, legales y humanos, es un deber para cualquier sociedad que aspire a la justicia. Reconocer este pasado no es reabrir heridas, sino comenzar a sanarlas sobre la base de la verdad y la reparación.
En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, Leticia Caro comparte las experiencias que marcaron una nueva versión de esta iniciativa que se realizó en la Región de Magallanes. «Experimentar como lo hacían sus antiguos» reflexiona. [Diana Porras]
“El premio es para quienes quieran conservar esa conexión”. Así lo comenta Leticia Caro, representante y líder de la comunidad Kawésqar Nómades del Mar, cuando comparte las experiencias que marcaron una nueva versión del taller de buceo que se realizó en la Región de Magallanes.
Durante los últimos días de febrero, cuatro instructores viajaron a la zona austral para compartir sus conocimientos. Daniela Magnasco, campeona nacional de apnea y oro panamericano; Diego Hernández, instructor de pesca submarina; Enrique Guillaume, instructor de apnea; y Fernando Pardo, gestor del encuentro.
Luego de tres años, la iniciativa contó con más de veinte participantes que concentraron su aprendizaje en materias teóricas y prácticas.
En entrevista con Radio y Diario Universidad de Chile, Leticia Caro reflexiona: “Hay que recordar que los chicos del taller están aprendiendo a subsistir, a entender que en el mar se vive la soberanía alimentaria y que es el corazón de su cultura de mar”.
–¿Cuál fue el origen de esta iniciativa?
Es muy importante el origen porque le da camino a lo que sigue …Lo primero es que el pueblo kawésqar es conocido a nivel país e internacional como parte de los pueblos australes que fueron víctima de genocidio en la colonización lo que, además, trajo consigo la extinción de muchas formas. En el fondo, quitarle a los kawésqar la forma que tenían de transitar dentro del territorio y de cómo se conectaban, en este caso, nuestros antiguos con el mar.
En conjunto con Ramón Navarro (surfista profesional), una vez le dimos al sueño. Él me preguntaba: ¿Qué es lo más cerca que se podía estar del mar? Le dije que en mi caso solo en un bote porque no sé bucear ni nada parecido. Me dijo que él me enseñaba a bucear y le contesté que me encantaría, pero yo presido una comunidad y a mí me gustaría que todos aprendieran esa proximidad con el mar …que alguna vez nos quitó la historia.
Luego de un par de meses, él volvió con todo el equipo y listo para comenzar. Al principio, no sabía si iba a cumplir, pero el hombre cumplió a cabalidad con lo que conversamos y ahí arranca el taller de buceo.
Leticia Caro. Imagen en canal de youtube de UChile Indígena.
–Después de tres años, ¿se mantiene vigente?
Y tiene que ver también con la filmación de un documental que se llama “Corazón Salado” donde Ramón fue a navegar con nosotros para saber también que estaba sucediendo con la industria, con nuestros lugares de pesca y los niveles de afectación que tenemos en los espacios.
Ha sido una experiencia súper linda y hemos ido creciendo. Empezamos con lo básico, pero nuestra idea también es que esto se fortalezca y vaya creciendo en la medida de lo posible.
Y es por eso que el año pasado, Fernando Pardo me dijo que quería cooperar entonces nació esta idea de traer instructores para el taller de buceo y es lo que hemos conseguido este 2025. En esta temporada, nos visitaron cuatro expertos en apnea y en distintas disciplinas como caza con arpón y salvataje en el mar. El nivel de los expertos que vinieron era extraordinario y el nivel como personas mucho más extraordinario.
Y así, fuimos concretando este último taller y nos quedaría una temporada todavía este año por lo que esperamos tenerlos por aquí nuevamente haciendo lo mismo o profundizando en otras materias como primeros auxilios y todo lo que tenga que ver con la seguridad. En este caso, los niños, jóvenes y adultos, que están conectándose con el mar, sepan que van a estar bien preparados.
Estos talleres están enfocados en el pueblo kawésqar, en los kawésqar, pero específicamente en los que defienden el mar. ¿Y por qué es así? Porque la escasez de oportunidades que tenemos es realmente preocupante. Por eso, el premio es para quienes quieran conservar esa conexión con el mar y experimentar como lo hacían sus antiguos. Este año también abrimos la opción a personas conscientes de lo importante que es proteger el mar e incorporamos cuatro personas que no son kawésqar, pero tienen un gran compromiso con el tema.
–¿Cuáles son los recuerdos y emociones que marcaron esta última versión del taller de buceo?
Nosotros, en lo constante, somos un grupo muy unido. Siempre nos cuidamos los unos a los otros, quienes asistieron experimentaron ese cariño y es, en el fondo, lo que entregamos. Además, se recepcionaron muy bien las instrucciones que nos vinieron a dejar y también tuvimos la oportunidad de bucear en distintos puntos. Nuestro taller de buceo es nómade haciendo esa memoria a los kawésqar, que se movían en canoas.
Creo que las emociones son muchas y variadas porque también lo que recibimos no es menor. Hay que recordar que los chicos del taller de buceo están aprendiendo a subsistir, a entender que en el mar se vive la soberanía alimentaria y que es el corazón de su cultura de mar. Entonces, los sentimientos son de agradecimiento a los instructores, a cada uno de ellos, con una especialidad distinta y …fue emocionante. Nos vieron como somos y no con disfraces.
–¿Dónde se realizó el taller?
El taller se realizó en Punta Arenas, específicamente en la Bahía de Río Seco, en la Bahía de 21 de mayo y en la Bahía de Punta Árbol. En un Espacio Costero Marino (ECMPO) que estamos solicitando para proteger y que hemos denominado Tawokser.
Imagen en @buceo_nomades.del.mar
–Recordando esas conexiones ancestrales, el rol de las mujeres también se relacionaba con el mar. ¿Qué otros relatos pueden compartir?
Una de las cosas muy importantes, y por qué recurrimos en este caso a la memoria del buceo, es porque las mujeres, las antiguas, eran perfectas buceadoras. Nacían para hacer eso…
Ellas eran las encargadas de la recolección de mariscos y otros en el mar mientras los hombres se dedicaban a la caza y otras cosas.
Existe un quiebre en el uso, en las formas de subsistir que está dado por la colonización donde hay un cese de las actividades propias que realizaba el pueblo kawésqar. Y esto no es una historia vieja, es una historia nueva. No tiene más de doscientos años …donde se dejó de hacer, paulatinamente, lo que era característico de los kawésqar hace seis mil años.
Y depende de nosotros tratar de revivirlo.
La lengua también está mutilada y perdida, tratamos de recuperarla de alguna forma. No de la manera que hablaban los antiguos porque el lenguaje está unido al territorio, las vivencias y la forma de ver el mundo. Tratamos de adaptar ese mundo, ese lenguaje con lo que tenemos hoy que es el idioma español. Es así que entendemos a los taiwaselok hoyok, que literalmente significan los kawésqar muertos (los ancestros) y el mar Chams waes.
Estamos en preciso momento de aquellos rescates.
–“La siguiente columna tiene un fin explicativo” informaba la comunidad en un texto publicado por la Prensa Austral y que se titula Las ocho etapas de los ECMPO (Espacio Costero Marino de Pueblos Originarios). ¿Por qué les pareció necesario visibilizar este tema?
La idea de las columnas en la prensa es otorgar información fidedigna de la Ley Lafkenche (20.249). En ellas se busca explicar de manera sencilla cuál es el objetivo de estos espacios costeros, eso porque en Magallanes y en Aysén han sido mutilados de alguna manera por la Comisión Regional de Uso del Borde Costero (CRUBC).
Como un mes antes de que sea la junta de la Crubc, se demoniza de tal manera los espacios marinos que es como si nosotros estuviésemos tratando de apoderarnos de un espacio donde nadie va a poder ingresar. Hemos estado tratando de aclarar estos puntos.
Los espacios costeros marinos nacen a raíz de esta falta de garantías para los pueblos indígenas dentro de la Ley de Pesca. Y si hoy día revisamos la discusión de la Ley de Pesca, los pueblos indígenas están ausentes con sus derechos…nosotros no entramos en ninguna parte. Lo único que nos está garantizando nuestros derechos como habitantes costeros es, en este caso, la Ley Lafkenche. Es lo único que nos asegura que nuestros derechos de uso consuetudinario van a estar resguardados.
Ahora bien, la Ley Lafkenche está orientada al pueblo mapuche y su habitar en el borde costero. Y éste es distinto al kawésqar, pero la ley puede compatibilizar las dos formas. Lo que se ha dicho mucho es que nosotros estamos solicitando espacios que son muy grandes. Pero nadie se da cuenta que los canales son muy angostos, nadie se da cuenta que somos descendientes de un pueblo de nómades del mar donde cualquier espacio es pequeño y donde nosotros no abarcamos ni un cuarto de lo que es el territorio kawésqar en su extensión.
Sin embargo, la industria salmonera, los privados, y también los políticos que operan a favor de la industria, han declarado que a nosotros no nos van a aprobar nada, que hagamos lo que hagamos, al momento de llegar a la Crubc no vamos a tener garantías de derechos. Eso en sí mismo, es una vulneración.
Entonces nosotros decimos: -Bueno, pero tendremos la oportunidad de informar. Porque se le está planteando a las personas que nosotros nos vamos a apoderar y que vamos a cobrar para ingresar a los espacios…es una tontería. E incluso, los marinos decían que ellos no iban a poder fiscalizar, sus faros u otros, que es ya lo último en invenciones. La Ley Lafkenche no está por encima ni de la subsecretaria de las Fuerzas Armadas, ni la Marina, ni nada que tenga que ver con el litoral. No está por encima de ninguna Ley que hoy en día regula la pesca artesanal, ni acuicultura, etc.
Esperamos que esta información sirva para que la ciudadanía también vaya educándose y empoderarse, porque ellos también pueden unirse a nosotros. Los derechos de uso consuetudinario van a ser nuestros, pero los espacios son de todos y entre todos podemos conservarlos.
El llamado es a informarse, entender que los pueblos indígenas no somos enemigos de nadie y que, en especial, nuestra comunidad está apostando por un rescate. Por una reconexión, por la memoria histórica del territorio y, en este caso, en la defensa del mar.
No dejarse llevar por las fake news (noticias falsas).
El Gobierno de la Provincia concretó este lunes en Tolhuin la entrega de las primeras cinco Actas de Nacimiento con la incorporación de la identidad indígena a integrantes de la comunidad (indígena) de pueblos originarios de Tierra del Fuego, emitidas por el Registro Civil. Luego de este hecho histórico para la comunidad, AIRE LIBRE FM consultó a la vicepresidenta de la Comunidad Selk’nam Rafaela Ishton, Antonela Guevara, sobre este suceso.
Guevara comentó que “tenemos las primeras seis partidas de nacimiento con pertenencia indígena. Principalmente negar o omitir la identidad de una persona desde la partida de nacimiento es un acto grave, que eran las prácticas que se utilizaban en el colonialismo. Entonces, que hoy el Estado Provincial, porque esto también hay que destacarlo, no es el Estado Nacional quien lo reconoce, sino el Estado Provincial, al reconocer nuestras partidas de nacimiento de la pertenencia indígena, viene a garantizar los derechos colectivos, todo lo que implica la cosmovisión de nuestra comunidad, la vida en el territorio, vivir en un territorio, lo que implica vivir en territorio comunitario y no en propiedad privada, el respeto por las costumbres ancestrales, entonces es mucho más que simplemente un acto administrativo”.
“Justamente cuando salimos de este acto, ellos me decían, no mamá, para nosotros, me lo dijo Valentín, me dice, yo quiero que sepas mamá que para nosotros sí es importante y escuchar todo lo que dijiste en la mesa nos enseña a nosotros que tenemos que mantener viva la memoria de nuestro pueblo. Así que creo que, bueno, ellos nacieron en la comunidad, vivieron durante muchos años el conflicto de la comunidad, saben lo que implica la lucha por defender nuestros derechos y por tratar de hacer las cosas bien, así que tienen un compromiso y una conciencia sobre lo que están haciendo. Así que eso también es importante”, expresó la vicepresidenta de la Comunidad (Indígena) Selk’nam Rafaela Ishton.
“Esto es un hecho histórico, no solo en la provincia, sino en el país. Es la primera vez que esto acontece, así lo expresó el Secretario de Justicia, Gonzalo Carrillo, y gracias a que, bueno, ayer se pudo visibilizar de alguna manera lo que estaba pasando, se sumaron muchas familias de nuestro pueblo, ayer mismo se iniciaron varios otros trámites y hay más de 15 personas que están juntando su documentación para hacer la presentación y también con la noticia de que el pueblo Yagán ayer se comunica para que, se comunicaron conmigo para que de alguna manera les explicara cómo hacerlo, así que seguramente, no sé si es esta semana, pero la próxima habrá noticias con respecto a la otra comunidad que tiene la provincia de Tierra del Fuego, que es el pueblo Yagán, que cuenta con personería jurídica y que va a poder hacer de alguna manera este trámite. Porque uno de los requisitos es que puedas contar con la personería jurídica”, aseguró-
Según registros de la Corporación Nacional Indígena (Conadi) a nivel nacional, se han constituido a la fecha 3.213 comunidades y 1.843 asociaciones indígenas. La Ley Lafkenche vino a responder un vacío respecto a los pueblos originarios costeros en cuanto a su acceso a los recursos y la protección de sus usos consuetudinarios. De esta forma, distintos Pueblos Originarios podrán acceder a esta nueva figura, según sus ocupamientos ancestrales. El pueblo Mapuche, entre la octava y décima primera región, el pueblo Chango y diaguita por el norte. En cuanto al pueblo Kawésqar, la extensión se aplica desde el Golfo de Penas hasta el estrecho de Magallanes.
A diferencia de otros pueblos, los kawésqar y Yagan nos caracterizamos por ser grupos canoeros y nómades. La navegación se realizaba en canoas, al centro el fuego estaba encendido, se navega para subsistencia, todos y cada uno de los fiordos, canales e islas fueron recorridos por nuestros Taiwaselok hoyok (ancestros). Dichas formas ancestrales, el mundo y sus leyes modernas, se han vuelto ilegales e impracticables.
El viaje por el Kawésqar waes servía también para la enseñanza vía transmisión oral, de los adultos a los niños, señalándoles los nombres de los distintos lugares, la flora y la fauna, las técnicas de navegación, de caza, pesca y recolección. El territorio que recorrían comprendía dos grandes sectores, divididos de este a oeste: jáutok y málte, que eran ocupados según la caza pesca y recolección estacional. Jáutok es el nombre que dieron al área de los canales interiores, donde las aguas son más tranquilas; mientras que Málte era el nombre que recibía la costa exterior que da al Pacífico y al estrecho hoy de Magallanes.
Dicho esto, considerando el vasto territorio por el que se trasladaban nuestros ancestros y en el que nos trasladamos hoy, sobre el cual podemos reclamar legítimamente, amparados por la ley, usos y resguardo del mar, sería un error considerarlo excluyente de actividades como la pesca artesanal. Los kawésqar antiguos tenían una dieta principalmente basada en productos del mar, consumiendo carne de mamíferos marinos y terrestres peces y mariscos, complementándola con frutos, plantas y hongos silvestres.
La ley Lafkenche busca armonizar y compatibilizar los usos consuetudinarios del borde costero con otras actividades desarrolladas en las mismas áreas. En relación con la cosmovisión de los antiguos, actividades como la navegación, buceo, pesca, o en la actualidad la cinematografía, turismo e investigación, son compatibles con el maritorio. El objetivo finalmente es velar por la protección de los ecosistemas y mientras éstas actividades no turben el equilibrio natural de las aguas, aquello no serían impedimento alguno.
Esta visión del maritorio es frecuentemente tergiversada a través de discursos de desinformación que buscan enemistar a los pueblos Indígenas con otros rubros, con el fin de desinformar sobre las solicitudes de los Espacios Costeros Marinos de Pueblos Originarios (ECMPO), a fin de que sean rechazadas por las autoridades del Estado chileno. Ya se ha comentado en columnas anteriores el intenso lobby que existe detrás de las decisiones que se toman, distando mucho de estándares mínimos de transparencia y, muy por el contrario, estigmatizando y promoviendo discursos racistas y de odio en contra de los pueblos indígenas del territorio.
Los kawésqar no pedimos exclusividad, ni tampoco seremos propietarios de nada, sino el derecho a existir en nuestro maritorio sin tildarnos de obstáculos para el desarrollo. La Ley Lafkenche debiese ser vista como un puente, no una barrera, entre el de nuestros ancestros que navegaron por las aguas y el de un país que debe aprender a convivir sin borrar su memoria. Frente al lobby y la desinformación, solo queda seguir navegando con la verdad por delante, hasta que se haga material el derecho que nos asiste.
Comunidad Kawésqar Grupos Familiares Nómades del Mar
Son espacios marinos delimitados, cuya administración es entregada a comunidades indígenas o asociaciones de ellas que han ejercido el uso consuetudinario de dicho espacio constatado por CONADI.
Pueden solicitar estos espacios aquellas comunidades indígenas inscritas en el registro de CONADI.
La delimitación necesaria está determinada por la superficie que asegure el ejercicio del uso tradicionalmente realizado. Dicho espacio costero será entregado en destinación por la Subsecretaría para las Fuerzas Armadas a la Subsecretaría de Pesca y Acuicultura, quien suscribirá un convenio de uso con la asociación de comunidades o comunidad asignataria una vez que la comisión intersectorial apruebe el plan de administración que presente la comunidad o asociación de comunidades.
El uso y administración del ECMPO estará a cargo de la asociación o comunidad a la cual se le aprobó el plan de administración. En dicho plan se detallan las actividades a realizar, los usuarios y los demás requisitos que establece el reglamento. La duración de la administración de un espacio costero es de carácter indefinida, a menos que se efectúen incumplimiento o infracciones.
Se entiende por derecho consuetudinario aquellas prácticas o conductas realizadas por las comunidades de manera habitual y que forman parte de su cultura, tales como religiosas, económicas, recreativas, entre otras.