Un día como hoy fallecía Virginia Choquintel, «la última Selk’nam» (02/06/2025, La Contra Tapa)

Tenía 56 años. Fallece en Río Grande Virginia Choquintel. Había sufrido el desarraigo, la soledad, el alcoholismo y la contradicción de ser descendiente de padre y madre selk´nam y desconocer la historia y cultura de su pueblo.


virginia choquintel

El fallecimiento de Virginia Choquintel en Río Grande a los 56 años marca el fin de una vida signada por el desarraigo y la búsqueda de identidad. Nacida en 1942, en una época en que la población Selk’nam se encontraba diezmada por la violencia y las enfermedades, Choquintel encarnó la paradoja de ser descendiente de un pueblo originario al que, paradójicamente, desconocía.

Apenas tenía algunos borrosos recuerdos de su padre, durante su infancia en la Misión Salesiana: “todas las tardes venía a buscarme y me llevaba a pasear a caballo”, pero no recordaba “si conversábamos”. Su madre sucumbió a una epidemia, “de mi mamá casi no me acuerdo… murió cuando era muy chiquita” (entrevista del autor en mayo de 1994).

Su infancia transcurrió en una misión salesiana, donde sus lazos culturales se debilitaron. Sus recuerdos de sus padres eran fragmentarios, y la historia de su pueblo, un relato ajeno. La información sobre las matanzas de indígenas, que llegó a sus oídos tardíamente, la sumió en la angustia.

Tras años trabajando como empleada doméstica en Buenos Aires, un encuentro fortuito propició su regreso a Río Grande en 1989. Allí, comenzó a reconstruir su pasado y a conectar con sus raíces. Su historia atrajo la atención de estudiantes e investigadores, aunque ella misma reconocía su limitado conocimiento sobre la cultura Selk’nam.

“Me preguntan si yo sé cómo hacían fuego los indios, yo no sabía… ellos me decían que con piedras, ahora ya lo sé. Me hacían muchas preguntas, al final ellos sabían más que yo…”

En sus últimos años, Choquintel experimentó el reconocimiento tardío de una sociedad que intentaba mitigar su culpa por el genocidio. Sin embargo, estos homenajes no lograron disipar el sentimiento de soledad y olvido que la acompañó. Atormentada por las contradicciones, se sintió, a la vez, reconocida como «la última Selk’nam» y profundamente ajena a su propia herencia. Su vida fue un testimonio elocuente del impacto devastador de la pérdida cultural y la dificultad de recuperar una identidad arrebatada.

Fuente: https://lacontratapatdf.com/nota/30841/un-dia-como-hoy-fallecia-virginia-choquintel–la-ultima-selk–039-nam/

compartido por la asociación sin fines de lucro Karukinka, basada en Francia. Leer más sobre la Patagonia

Pacificación de la Araucanía o ¿Genocidio Mapuche? (01/06/2025, conociendo.cl)

La Pacificación de la Araucanía: Análisis Exhaustivo de la Invasión, el Despojo y el Genocidio Mapuche

Pacificación de la Araucanía o ¿Genocidio Mapuche? (01/06/2025, conociendo.cl)
Pacificación de la Araucanía o ¿Genocidio Mapuche? (01/06/2025, conociendo.cl)

La historia de Chile tiene un capítulo escrito con eufemismos y sangre: la mal llamada «Pacificación de la Araucanía». Este artículo se sumerge en los detalles de este proceso (1861-1883), desmantelando el relato oficial para revelar una compleja operación de conquista militar, despojo legal y colonización forzosa que redefinió el destino del Estado chileno y del pueblo Mapuche, dejando un legado de conflicto que perdura hasta hoy.

Tabla de Contenidos (fuente: https://conociendo.cl/pacificacion-de-la-araucania-o-genocidio-mapuche/, y serie de podcasts disponible en SPOTIFY) :

  1. Contexto Histórico: El Wallmapu Autónomo y el Estado Chileno Expansionista
  2. Los Actores Clave del Conflicto
  3. El Plan del Estado: La Propuesta de Ocupación de Cornelio Saavedra
  4. La Ejecución Militar: Fases de una Guerra Asimétrica
    • 4.1. Primera Fase (1861-1868): Avance y Fortificación
    • 4.2. Segunda Fase (1869-1881): Pausa Diplomática y Consolidación
    • 4.3. Tercera Fase (1881-1883): La Ofensiva Final
  5. El Despojo Legal: Cómo las Leyes Aniquilaron la Propiedad Mapuche
    • 5.1. La Ley de Radicación de 1866: El Arma Jurídica
    • 5.2. Los «Títulos de Merced»: El Confinamiento en Reducciones
  6. La Colonización Dirigida: Tierras para Unos, Despojo para Otros
  7. La Catástrofe Humana y el Debate del Genocidio
    • 7.1. Genocidio y Etnocidio: El Debate Conceptual
    • 7.2. Perspectivas Historiográficas en Disputa
    • 7.3. Evidencias de la Devastación Demográfica
  8. El Impacto Total: La Desarticulación de la Sociedad Mapuche
  9. Resistencia y Resiliencia Mapuche
  10. Legado y Deuda Histórica: Las Raíces del Conflicto Actual
  11. Análisis Comparativo: Araucanía, el «Desierto» Argentino y el Oeste Americano

1. Contexto Histórico: El Wallmapu Autónomo y el Estado Chileno Expansionista

A mediados del siglo XIX, la frontera sur de Chile estaba claramente delimitada por el río Biobío. Al sur se extendía el Wallmapu, el territorio ancestral del pueblo Mapuche, una nación independiente de facto que había resistido con éxito la conquista del Imperio Español durante más de 300 años. La sociedad Mapuche estaba organizada en una compleja estructura social y política basada en el lof (clan familiar), el ayllarewe (federación de lofs) y los butalmapus (grandes alianzas territoriales).

Para el Estado chileno, consolidado tras las guerras de independencia y bajo una fuerte influencia de las ideas europeas de progreso y Estado-nación, esta autonomía era un problema. Las élites políticas y económicas, bajo las presidencias de Manuel Montt (1851-1861) y, fundamentalmente, José Joaquín Pérez (1861-1871), vieron la ocupación como una necesidad imperativa para:

  • Apropiarse de recursos: Las tierras de la Araucanía eran vistas como el «granero de Chile», esenciales para el auge de la agricultura del trigo.
  • Unificar el territorio: Conectar la zona central con las colonias de Valdivia y Llanquihue, fundadas con inmigrantes alemanes a partir de 1845.
  • Afirmar la soberanía: Eliminar la frontera interior y proyectar una imagen de nación unificada y moderna ante el mundo.

2. Los Actores Clave del Conflicto

Este proceso histórico fue protagonizado por figuras y grupos con intereses y visiones del mundo radicalmente opuestas.

CategoríaActores RelevantesRol en el Conflicto
Estado Chileno (Oficiales)José Joaquín Pérez, Federico Errázuriz Z., Aníbal Pinto, Domingo Santa MaríaPresidentes de Chile que impulsaron y ejecutaron la política de ocupación.
Estado Chileno (Militares)Cnel. Cornelio Saavedra, Gral. Gregorio Urrutia, Cnel. Basilio UrrutiaDiseñaron y lideraron las campañas militares de avance, fortificación y represión.
Pueblo Mapuche (Líderes)Lonko Mañilwenü, Lonko Külapang, Lonko Esteban RomeroLíderes de la resistencia Mapuche, organizando la defensa militar y diplomática de sus territorios (principalmente de los grupos wenteche o arribanos).
OtrosColonos chilenos y europeos (alemanes, suizos, italianos), Orélie Antoine de TounensOcuparon las tierras despojadas. Tounens, un aventurero francés, se autoproclamó Rey y su presencia fue usada como pretexto por Chile para justificar la ocupación.

3. El Plan del Estado: La Propuesta de Ocupación de Cornelio Saavedra

En 1861, el Coronel Cornelio Saavedra Rodríguez presentó al Congreso chileno un detallado «Plan de Pacificación de la Araucanía». Argumentaba que la política de tratados y parlamentos había fracasado y que se requería una estrategia de ocupación material. Su plan, aunque disfrazado de un lenguaje «civilizatorio», era en esencia un proyecto de conquista en tres ejes:

  1. Avance de la Frontera: Mover la línea militar desde el río Biobío hasta el río Malleco, estableciendo una línea de fuertes para asegurar militarmente el territorio.
  2. Subdivisión y Venta de Tierras: Una vez «asegurado», el territorio entre ambos ríos sería subdividido en lotes y vendido por el Estado, generando ingresos fiscales y fomentando la propiedad privada.
  3. Colonización: Promover activamente la instalación de colonos chilenos y extranjeros en las tierras recién incorporadas para «chilenizar» la región y desarrollar su potencial agrícola.

Este plan generó debate. Mientras la prensa y la élite de Santiago y Concepción lo apoyaron fervientemente, algunas voces criticaron la inminente violencia. No obstante, el Congreso lo aprobó, dando luz verde a la invasión.

4. La Ejecución Militar: Fases de una Guerra Asimétrica

La ocupación militar se desarrolló en varias fases, interrumpida por levantamientos Mapuche y la Guerra del Pacífico (1879-1883).

4.1. Primera Fase (1861-1868): Avance y Fortificación

Saavedra puso en marcha su plan, fundando o refundando fuertes como Angol, Mulchén, Negrete y Lebu. La estrategia era clara: cada fuerte era una punta de lanza que aseguraba un perímetro para la llegada de colonos. La resistencia Mapuche fue inmediata, dando lugar a una guerra de guerrillas y grandes levantamientos, como el liderado por el lonko Külapang. La respuesta del ejército fue brutal, aplicando la táctica de «tierra arrasada»: quemar rukas, destruir siembras y robar el ganado para provocar hambruna y forzar la sumisión.

4.2. Segunda Fase (1869-1881): Pausa Diplomática y Consolidación

Tras un gran levantamiento en 1868-1871, el avance militar se ralentizó. El Estado se enfocó en consolidar el territorio ya ocupado hasta el Malleco, mientras intentaba usar la diplomacia para neutralizar a los lonkos. Durante este período, el telégrafo y el ferrocarril comenzaron a conectar la frontera, facilitando la movilización de tropas y recursos. Este período de relativa calma se rompió con el estallido de la Guerra del Pacífico. Chile retiró parte de sus tropas de la Araucanía para enviarlas al norte, lo que los Mapuche vieron como una oportunidad.

4.3. Tercera Fase (1881-1883): La Ofensiva Final

Considerado el último gran levantamiento general, miles de guerreros Mapuche de distintas zonas se unieron en 1881 para atacar los fuertes chilenos. Sin embargo, el Estado chileno, victorioso y con un ejército profesionalizado y bien armado tras la Guerra del Pacífico, respondió con una fuerza abrumadora. Bajo el mando del Coronel Gregorio Urrutia, se lanzó la ofensiva final. Se ocupó el territorio hasta el río Cautín, se fundó Temuco (1881) y se avanzó hasta la refundación de Villarrica en 1883, dando por concluida militarmente la «Pacificación».

La conquista militar fue inseparable de la conquista jurídica. El Estado chileno creó un marco legal específico para desmantelar la propiedad comunal Mapuche y transferirla a manos de colonos y latifundistas.

5.1. La Ley de Radicación de 1866: El Arma Jurídica

Esta ley, promulgada en pleno conflicto, es la piedra angular del despojo. Su lógica era simple y devastadora:

  • Creación de «Terrenos Baldíos»: La ley establecía que toda tierra que no estuviera «efectiva y continuamente ocupada» por los indígenas sería considerada «terreno baldío» (vacante) y, por tanto, propiedad del Estado. Esto ignoró que la economía Mapuche requería vastas extensiones para el pastoreo, la recolección y la rotación de cultivos, tierras que no estaban «continuamente ocupadas» pero eran vitales.
  • Negación de la Propiedad Comunal: El concepto de propiedad privada individual era ajeno a la cosmovisión Mapuche. La ley impuso este modelo, desarticulando la base comunal de la sociedad.
  • Comisiones de Radicación: Se crearon comisiones, compuestas por ingenieros y funcionarios estatales, para medir y delimitar las tierras, un proceso plagado de abusos, corrupción y desconocimiento de la cultura local.

5.2. Los «Títulos de Merced»: El Confinamiento en Reducciones

A las familias Mapuche se les «concedió» por «merced» del Estado un «Título de Merced» sobre una pequeña porción de sus tierras ancestrales. Estas propiedades, llamadas «reducciones», tenían graves problemas:

  • Tamaño Insuficiente: El promedio por persona era de unas 6 hectáreas, lo que hacía imposible replicar la economía ganadera anterior y condenaba a las familias a la agricultura de subsistencia y la pobreza.
  • Pérdida de Territorio: En total, se entregaron cerca de 3.000 títulos que sumaban unas 510.000 hectáreas. Esto representó la legalización de la pérdida de más del 90% del territorio Mapuche.
  • Fragmentación Social: El confinamiento en reducciones rompió las redes de parentesco y las alianzas políticas entre los lof, aislando a las comunidades y facilitando el control estatal.

6. La Colonización Dirigida: Tierras para Unos, Despojo para Otros

Mientras al pueblo Mapuche se lo reducía a la mínima expresión territorial, el Estado chileno desplegaba un generoso programa de colonización. El contraste en el trato es una de las claves para entender la profundidad de la injusticia.

AspectoTrato al Pueblo MapucheTrato a los Colonos Europeos/Chilenos
Acceso a la TierraConfinamiento en «reducciones» de 6 ha/persona en promedio.Entrega de hijuelas de 40 a 500 hectáreas por familia, de mejor calidad agrícola.
Apoyo EstatalNulo. Se les despojó y luego abandonó. Eventualmente, raciones de subsistencia.Pasajes gratuitos desde Europa, un año de pensión, herramientas, semillas, animales y asistencia médica.
Estatus LegalConsiderados «incapaces relativos» bajo un sistema de tutela a través de los «Protectores de Indígenas».Plenos ciudadanos con derechos de propiedad y apoyo para su desarrollo económico.

7. La Catástrofe Humana y el Debate del Genocidio

La violencia de la «Pacificación» no fue solo militar o legal. Fue una catástrofe humana que diezmó a la población Mapuche y destruyó las bases de su existencia, lo que ha llevado a un serio y fundamentado debate sobre la aplicación del término «genocidio».

7.1. Genocidio y Etnocidio: El Debate Conceptual

La Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU (1948) lo define como actos perpetrados con la «intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso». Los actos incluyen:

  • Matanza de miembros del grupo.
  • Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
  • Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.
  • Medidas destinadas a impedir los nacimientos en el seno del grupo.
  • Traslado por fuerza de niños del grupo a otro grupo.

Muchos académicos argumentan que las acciones del Estado chileno, especialmente el tercer punto, se ajustan a esta definición. La destrucción de la economía, el despojo de tierras vitales y el confinamiento en zonas inviables fueron acciones deliberadas que, previsiblemente, causaron hambrunas y epidemias masivas. Complementariamente, se habla de etnocidio, la destrucción deliberada de la cultura de un pueblo, lo que también ocurrió a través de la prohibición de la lengua, la religión y la educación propia.

7.2. Perspectivas Historiográficas en Disputa

El entendimiento de este período está dividido por diferentes interpretaciones históricas.

PerspectivaHistoriadores PrincipalesInterpretación de la «Pacificación»
Tradicional / EstatalistaSergio VillalobosUn proceso inevitable y necesario para la unificación y modernización de Chile. La violencia fue un «choque de civilizaciones» con excesos de ambos lados, pero no una política de exterminio.
Revisionista / CríticaJosé Bengoa, Jorge Pinto RodríguezUna guerra de conquista imperialista impulsada por intereses económicos de la élite. La violencia fue sistemática y el proceso constituyó un etnocidio y, para muchos, un genocidio.
MapuchePablo Marimán, Sergio CaniuqueoUna invasión y ocupación de un país soberano (Wallmapu). Se enfoca en la continuidad de la resistencia y enmarca el proceso como el inicio de una relación colonial que persiste.

7.3. Evidencias de la Devastación Demográfica

«Pasado el fragor de las batallas, comenzó el tiempo del miedo, de la peste, del hambre, de la pérdida de la identidad. […] Se calcula que entre veinte y treinta mil mapuches murieron de hambre y pestes entre 1881 y los primeros años del siglo XX.» – José Bengoa, historiador.

La población Mapuche, que se estimaba en cerca de medio millón de personas antes del proceso, sufrió un colapso. La combinación de muertes en combate, masacres, hambrunas post-despojo y epidemias de viruela y cólera —facilitadas por la desnutrición y el hacinamiento en las reducciones— provocó una catástrofe demográfica de la que el pueblo Mapuche tardaría más de un siglo en recuperarse.

8. El Impacto Total: La Desarticulación de la Sociedad Mapuche

La «Pacificación» provocó un quiebre estructural en todos los ámbitos de la vida Mapuche. Políticamente, la autoridad de los lonkos fue socavada, y las grandes alianzas territoriales se disolvieron. Económicamente, se transitó de una sociedad ganadera y agrícola próspera a una de subsistencia y pobreza endémica. Socialmente, la vida comunal se vio fracturada por la propiedad individual y la migración forzada a las ciudades, donde los Mapuche se convirtieron en un proletariado urbano discriminado. Culturalmente, la imposición de la escuela y la religión del Estado chileno inició un proceso de asimilación forzosa que amenazó la supervivencia del Mapudungun y la cosmovisión Mapuche.

9. Resistencia y Resiliencia Mapuche

A pesar de la devastación, el pueblo Mapuche nunca dejó de resistir. Tras la derrota militar, la resistencia se transformó. A principios del siglo XX surgieron las primeras organizaciones políticas modernas, como la Sociedad Caupolicán Defensora de la Araucanía y la Federación Araucana, que comenzaron a luchar por la restitución de tierras y los derechos civiles a través de medios legales y políticos. La memoria histórica y la identidad cultural se preservaron en la clandestinidad de la vida comunitaria y familiar, demostrando una extraordinaria resiliencia.

10. Legado y Deuda Histórica: Las Raíces del Conflicto Actual

La «Pacificación de la Araucanía» no es historia antigua; es el origen directo del conflicto que vive Chile hoy. Las demandas del movimiento Mapuche por territorio y autonomía se fundamentan en este despojo histórico. Conceptos como la «deuda histórica» del Estado chileno son centrales en el debate público. La Comisión Verdad Histórica y Nuevo Trato (2003) reconoció oficialmente el despojo y la violencia estatal como una violación de los derechos humanos y recomendó políticas de reparación que, en gran medida, siguen pendientes.

Los actuales conflictos con empresas forestales, la criminalización de la protesta social Mapuche mediante la aplicación de leyes antiterroristas y el debate sobre un Estado Plurinacional son ecos directos de este proceso de conquista no resuelto.

11. Análisis Comparativo: Araucanía, el «Desierto» Argentino y el Oeste Americano

El proceso chileno no fue un caso aislado. Ocurrió en paralelo a otras campañas de conquista de Estados-nación americanos sobre pueblos indígenas:

  • Conquista del Desierto (Argentina, 1878-1885): Casi simultánea y coordinada en ciertos aspectos con la chilena. Compartió la misma justificación ideológica (civilización vs. barbarie), las tácticas de guerra total y el objetivo de liberar tierras para la ganadería extensiva. También es calificada como genocida.
  • Guerras Indias (EE.UU., siglo XIX): El concepto de «Destino Manifiesto» justificó la expansión hacia el oeste. Procesos como el «Sendero de Lágrimas» y las masacres de Sand Creek o Wounded Knee, seguidos por el confinamiento en reservas, muestran patrones de despojo y violencia muy similares.

En todos los casos, los Estados nacionales emergentes utilizaron su superioridad militar y un marco legal autojustificatorio para despojar a los pueblos originarios de sus tierras, recursos y soberanía, dejando un legado de trauma y lucha por la justicia que continúa hasta hoy.

Conclusión: Una Historia por Reivindicar

La «Pacificación de la Araucanía» fue una guerra de conquista estatal que despojó a un pueblo de su territorio y buscó aniquilar su cultura. Comprenderla en toda su complejidad, con sus detalles militares, legales y humanos, es un deber para cualquier sociedad que aspire a la justicia. Reconocer este pasado no es reabrir heridas, sino comenzar a sanarlas sobre la base de la verdad y la reparación.

Compartido por la asociación sin fines de lucro Karukinka basada en Francia y dedicada a la Patagonia

Realizan acto por el “Último día de la libertad de los pueblos originarios de América” (Infofueguina, 14 de octubre 2022)

Realizan acto por el “Último día de la libertad de los pueblos originarios de América” (Infofueguina, 14 de octubre 2022)

La actividad se desarrolló en el Círculo Ceremonial de Jornadas de Paz y Dignidad, impulsada por la Subsecretaría de Gestión, Promoción y Fortalecimiento de Derechos y Organización Comunitaria. El propósito fue conmemorar los 530 años de resistencia. Se trata de una actividad sancionada por Ordenanza Municipal desde 2016.

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Realizan acto por el “Último día de la libertad de los pueblos originarios de América” (Infofueguina, 14 de octubre 2022) 4

Fuente: https://www.infofueguina.com/tu-ciudad/ushuaia/2022/10/14/realizan-acto-por-el-ultimo-dia-de-la-libertad-de-los-pueblos-originarios-de-america-67826.html

Se llevó a cabo en Río Grande el primer acto oficial en conmemoración del Día del Genocidio Selk’nam (Gobierno de Tierra del Fuego, 25/11/2022)

Acto 7

Este viernes se llevó a cabo en Río Grande el primer acto oficial en conmemoración del Día del Genocidio Selk’nam. Participaron autoridades provinciales, locales, legisladores y legisladoras, concejales, miembros del Pueblo Nación Selk’nam, vecinos y vecinas de la provincia.

Fuente : https://www.tierradelfuego.gob.ar/blog/2022/11/25/se-llevo-a-cano-en-rio-grande-el-primer-acto-oficial-en-conmemoracion-del-dia-del-genocidio-selknam/

El aniversario del Día del Genocidio Selk’nam fue instituido por Ley por la Legislatura de Tierra del Fuego AIAS el año pasado, estableciendo el 25 de noviembre como día de duelo provincial.

En su discurso, la Secretaria de Derechos Humanos y Diversidad, Abigail Astrada, sostuvo que “gracias a que el año pasado se modificó la ley que establecía el Día del Aborígen Fueguino, hoy nos encontramos realizando el primer acto oficial del Día del Genocidio Selk’nam. Esto es un hito para la comunidad y para toda la provincia”.

“Dejamos atrás un día de festejo y conmemoramos un día de duelo provincial, en memoria de nuestros pueblos nativos y en reconstrucción de nuestra historia fueguina”, agregó.

Asimismo, la funcionaria expresó que “sabemos bien que el Pueblo Selk’nam es originario de Tierra del Fuego y que sigue habitando las tierras del Estado Argentino. Ellos fueron víctimas de la colonización, del destrato y del arrebato de sus derechos humanos, tal como se puede referenciar en los secuestros de nativos Selk’nam que eran llevados a Europa para ser exhibidos en los zoológicos humanos. Esto era uno de los arrebatos a sus derechos”.

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“Transitamos el camino de reparación y visibilización del Pueblo Selk’nam, reconociéndolos como sujetos vivos, como cuidadores de nuestro acervo cultural, como sujetos de derechos. Estas son las familias que resistieron el genocidio en Tierra del Fuego y que hoy se encuentran con nosotros”, recalcó.

Finalmente, Astrada subrayó que “el pueblo Selk’nam está vivo y lo más importante es que resistió y sigue resistiendo a la vulneración de derechos”.

Por su parte, Miguel Pantoja, miembro de la comunidad Selk´nam, dijo que “quiero agradecer a todas las personas que estuvieron involucradas en la reforma de la ley, fueron muchas y estoy seguro que delante nuestro, detrás nuestro y a nuestro lado están los antiguos”.

“Para nosotros es un día de duelo. Un día como hoy ocurrió una masacre, que no fue la primera ni la última. No fue solo un día, fueron tres décadas del peor genocidio. Se cometieron crímenes de lesa humanidad que todavía no han sido reconocidos”, declaró y aseguró que “quiero recordar simplemente que somos un pueblo vivo, porque existe un paradigma de que somos un pasado sin presente, que existimos en vitrinas y museos. Esto no es así, aquí estamos y necesitamos que se fomenten más y mejores políticas públicas para que tengamos una mejor realidad”.

Para concluir, María Salamanca, mujer Selk´nam, manifestó que “estamos a 136 años de los actos cometidos por las exploraciones de estos territorios. Quiero agradecer a quienes han trabajado en este reconocimiento. Duele aceptar que esto haya pasado con mi pueblo. Sin embargo acá estamos presentes”.

“Quisiera pedir que el reconocimiento de este genocidio se mantenga por siempre. Vamos a seguir vivos por siempre en nuestros hijos y nietos, porque llevamos sangre Selk´nam”, expuso.

El evento concluyó con números artísticos.

Nuevas evidencias arqueológicas permiten entender la presencia española en la Patagonia (DICYT, 2 de septiembre, 2022)

Nuevas evidencias arqueológicas permiten entender la presencia española en la Patagonia (DICYT, 2 de septiembre, 2022)

Los restos arqueológicos de uno de los enclaves defensivos y productivos instalados por la Corona Española entre 1779 y 1810 en Península Valdés dan cuenta de un establecimiento precario y permiten entender la presencia española en la Patagonia.

Plano Bahia San Jose 1779
Plano y descripción del puerto ô bahia de San José, año 1779. / Fundacao Biblioteca Nacional Rio de Janeiro (Brasil). Colección De Angelis. Cartografía ARC.023,06,022

CONICET/DICYT En el marco de las Reformas Borbónicas, el rey Carlos III toma la decisión de proteger y fortalecer su presencia en territorios indígenas en América. Este proyecto colonizador incluyó la instalación de cuatro enclaves en la costa atlántica patagónica. Un equipo de investigación arqueológica multidisciplinario del CONICET estudia los vestigios de los asentamientos del Fuerte San José y el Puesto de la Fuente, erigidos entre 1779 y 1810 en Península Valdés (Provincia del Chubut), para poder comprender los modos de vida, la complejidad de las relaciones interétnicas entre colonos y las poblaciones nativas y las estrategias de supervivencia en contextos de escasez y hostilidad. “Lo que queda en los almacenes está todo sumamente pasado (harina margas, sacos engusanados). Este almacén está muy inundado de ratas pues es el primero que se hizo y se comen todas las harinas y menestras”, reza uno de los documentos que las investigadoras registraron.

Las arqueólogas Silvana Buscaglia, del Instituto Multidisciplinario de Historia y Ciencias Humanas (IMHICIHU, CONICET), y Marcia Bianchi Villelli, del Instituto de Investigaciones en Diversidad y Procesos de Cambio (IIDyPCa, UNRN-CONICET), trabajan hace más de veinte años en el estudio de la colonización española de la costa patagónica y, a partir del año 2014, sumaron al equipo a Solana García Guraieb, del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL), y a Augusto Tessone, del Instituto de Geocronología y Geología Isotópica (INGEIS, CONICET-UBA). En estos años, los integrantes del equipo han publicado numerosos trabajos sobre el asentamiento del Fuerte San Jorge.

“El Fuerte San José tiene algunas características especiales que lo diferencian del resto de los enclaves que se establecieron en la región. Fue un asentamiento precario, subsidiario del Fuerte Nuestra Señora del Carmen. Poco tiempo después, frente a la necesidad de agua dulce, fue creado el Puesto de la Fuente, un establecimiento complementario de carácter productivo situado en proximidades a la Salina Grande a unos 30 kilómetros del fuerte. Ambos asentamientos fueron habitados por una pequeña población militar que rotaba anualmente; perduraron por un período de treinta y un años, hasta que en 1810 las tensiones con las poblaciones indígenas desembocaron en un ataque, ocasionando la muerte de la mitad de sus ocupantes”, cuenta Buscaglia.

Según indica el equipo de investigación, existe mucha documentación acerca del carácter y de las intenciones de la Corona Española a la hora de establecerse en ciertos sitios que consideraba estratégicos.

“Los establecimientos fueron pensados como enclaves fronterizos por ser explícitamente defensivos, con ellos se esperaba reafirmar la presencia española frente a los avances ingleses en la región, que fueran resguardos en los puertos naturales y que actuaran de apoyo para la explotación de recursos marinos y de sal disponibles en el área. Como la corona centralizaba el abastecimiento de las poblaciones y la única comunicación que tenían con el Río de la Plata era la vía marítima, cumplieron también la función de incorporar los puertos al sistema de intercambio colonial”, describe Bianchi Villelli.

Para conocer algunas características de las personas que permanecían en el Fuerte, Solana García Guraieb y Augusto Tessone trabajaron desde la bioarqueología, que permite dar cuenta del perfil biológico de las poblaciones del fuerte San José.

“Pudimos obtener mucha información a partir de estudios osteológicos y bioquímicos. Detectamos un camposanto y pudimos contrastar la información documental acerca del perfil biológico, masculino y adulto, de los pobladores, así como sus condiciones de salud precarias. La ocupación estuvo signada por enfermedades como el escorbuto. Los análisis de isótopos estables mostraron características acerca de la dieta e indicaron una diversidad de destinos de procedencia de sus residentes, incluyendo posiblemente regiones del caribe”, asegura García Guraieb.

Con respecto a las relaciones interétnicas, las investigadoras hacen énfasis en su carácter complejo y variable y en el dinamismo y reconfiguración constante de los vínculos interculturales a lo largo del espacio y el tiempo. “De este modo, en el caso del Fuerte San José observamos que desde el plano discursivo las referencias en Península Valdés muestran un gran vacío hasta 1787, al menos dentro del corpus documental relevado en el Archivo General de la Nación. En los últimos años de ocupación del Fuerte los documentos describen a las poblaciones indígenas como predominantemente hostiles y sus contactos con los pobladores del Fuerte se relacionan con agresiones físicas, muertes y robos”, aclara Buscaglia.

El Fuerte que no fue

En los primeros acercamientos al sitio, las investigadoras consultaron mapas y distintas fuentes de información y detectaron discrepancias entre ellos. Por ejemplo, frente a la Isla de los Pájaros (Istmo Florentino Ameghino en la Península Valdés), existe hoy en día una réplica de lo que habría sido la capilla del fuerte San José construida con fines turísticos y conmemorativos de la gesta colonizadora. Sin embargo, a medida que avanzaron las investigaciones, se detectó que esa construcción está inspirada en realidad en la capilla colonial de la Ciudadela de Montevideo (Uruguay). Debido a una confusión en los archivos entre la batería de Montevideo y el fuerte patagónico, ambos con el mismo nombre, los planos rioplateneses se asignaron erróneamente a Península Valdés. “Estábamos paradas en el campo y recordábamos los planos y notábamos un importante desfasaje con esa narrativa. Las verdaderas instalaciones del San José se realizaron con materiales precarios. Era un fuerte de palos y cueros sin buenas condiciones de abrigo, alimentación y con escasez de agua dulce”, describe Bianchi Villelli.

Este es uno de muchos de los ejemplos de este tipo de contraste entre el relato histórico tradicional y la evidencia histórica y arqueológica: “La perspectiva de la arqueología histórica, que integra, por un lado, el examen crítico de la información documental y, por el otro, un abordaje interdisciplinario para el estudio de distintas líneas de análisis arqueológico y bioarqueológico, nos está permitiendo reevaluar los discursos tradicionales sobre un proceso complejo y multidimensional como es el colonialismo en Patagonia”, enfatiza Buscaglia.

Fuente : https://www.dicyt.com/noticias/nuevas-evidencias-arqueologicas-permiten-entender-la-presencia-espanola-en-la-patagonia

Arqueólogos hallan los restos de un barco ballenero de Estados Unidos que naufragó en la Patagonia en el siglo XIX (DICYT, 29 de agosto 2022)

Arqueólogos hallan los restos de un barco ballenero de Estados Unidos que naufragó en la Patagonia en el siglo XIX (DICYT, 29 de agosto 2022)

Los anillos de los árboles ayudan a identificar la madera de un barco ballenero de Rhode Island perdido en 1859 en la Patagonia.

DICYT Los científicos que investigan los restos de un viejo barco de madera frente a la fría y ventosa costa del extremo sur de Argentina dicen que es casi seguro que se trata del Dolphin, un barco ballenero trotamundos de Warren, Rhode Island, perdido en 1859. Los arqueólogos han pasado años investigando el origen del barco. sin hacer una identificación definitiva, pero un nuevo análisis de los anillos de los árboles en sus maderas ha proporcionado quizás la evidencia más convincente hasta el momento. Un equipo de investigadores argentinos y estadounidenses acaba de publicar los hallazgos en la revista Dendrochronologia.

“No puedo decir con cien por ciento de certeza, pero el análisis de los anillos de los árboles indica que es muy probable que este sea el barco”, dijo el autor principal Ignacio Mundo del Laboratorio de Dendrocronología e Historia Ambiental de Argentina, IANIGLA-CONICET. Mundo y los científicos del Observatorio Terrestre Lamont-Doherty de la Escuela Climática de Columbia utilizaron una enorme base de datos de anillos de viejos árboles norteamericanos para mostrar que las maderas fueron taladas en Nueva Inglaterra y el sureste de los Estados Unidos justo antes de que se construyera el barco en 1850. Otra evidencia incluye artefactos encontrados cerca del naufragio y relatos históricos de Argentina y Rhode Island. Esta parece ser la primera vez que se aplica la ciencia de los anillos de árboles para identificar un naufragio sudamericano.

“Es fascinante que la gente construyera este barco en una ciudad de Nueva Inglaterra hace tanto tiempo y que apareciera al otro lado del mundo”, dijo el científico de anillos de árboles de Columbia Mukund Rao, coautor del estudio.

Nueva Inglaterra fue un jugador importante en el comercio mundial de la caza de ballenas desde mediados de la década de 1770 hasta la década de 1850, cuando el aceite extraído de la grasa era popular para la iluminación y la lubricación, y el hueso de ballena se usaba en muchos artículos domésticos pequeños que ahora están hechos de plástico. Cientos de barcos yanquis recorrieron regiones remotas, a menudo en viajes que duraron años. La industria se desvaneció en la década de 1860 después de que diezmaron las poblaciones de ballenas y llegó el petróleo.

Según un manuscrito inédito del historiador local de Warren, Walter Nebiker, el Dolphin se construyó entre agosto y octubre de 1850 con roble y otras maderas. Normalmente, los árboles se talaban en climas fríos aproximadamente un año antes de que se construyera un barco, que en este caso habría sido entre finales de 1849 y febrero de 1850. Con una longitud de 111 pies y un peso de 325 toneladas, el Dolphin fue botado el 16 de noviembre de 1850. Nebiker la describió como «probablemente la quad-rigger más rápida de todos los tiempos».

El barco navegó por los océanos Atlántico e Índico durante casi dos años y medio, y regresó cargado de petróleo en marzo de 1853. Los viajes posteriores lo llevaron a las Azores y alrededor del Cuerno de África a las Seychelles, Zanzíbar y Australia. Su último viaje partió de Warren el 2 de octubre de 1858. El barco terminó frente a la Patagonia unos meses después. Una carta a los dueños de su amo, el Capitán Norrie, decía que fue destruido cuando «yacía sobre las rocas en la parte suroeste de New Bay», una aparente referencia al Golfo Nuevo, uno de los pocos buenos puertos naturales de la Patagonia, donde se sabía que habían llegado balleneros. La tripulación habría navegado unas 10.000 millas para llegar allí.

No hubo un asentamiento europeo permanente en el Golfo Nuevo hasta 1865, cuando los inmigrantes galeses comenzaron lo que ahora es la pequeña ciudad de Puerto Madryn. La tradición local dice que los primeros colonos recolectaron material de uno o más naufragios, pero no está claro si se trataba del Dolphin o de algún otro barco o barcos desafortunados.

En 2004, los sedimentos en movimiento revelaron los restos parciales de una embarcación de madera en las llanuras intermareales frente a Puerto Madryn. Los lugareños sabían que estaba allí, pero los científicos no. En 2006 y 2007, arqueólogos marinos, incluido Cristian Murray, del Instituto Nacional de Antropología y Estudios Latinoamericanos de Argentina, excavaron los restos durante las mareas bajas. También documentaron varios otros naufragios cercanos.

Casi todo lo que quedaba del barco era parte de las cuadernas inferiores, o costillas, y algunas tablas del casco y del techo. En un artículo de 2009, Murray y sus colegas determinaron que el barco fue construido probablemente en el siglo XIX, principalmente con roble y pino del hemisferio norte. Pero de qué especie y si de origen europeo o norteamericano, no pudieron decir. Con poco más para continuar, algunos clavos de latón, un solo zapato de cuero, especularon que podría haber sido un barco pesquero o mercante, o un ballenero.

Finalmente aparecieron otras pruebas. Cerca de los restos del naufragio se encontraron dos calderos de hierro y restos de ladrillos, lo que sugiere un «trabajo de prueba» a bordo de un barco para hervir la grasa. Murray y sus colegas también descubrieron que el marino argentino Luis Piedrabuena había rescatado a 42 tripulantes del Dolphin; los llevó a Carmen de Patagones, un pueblo a unas 100 millas al norte, y desde allí, con suerte, los refugiados regresaron a casa. ¿Dónde habría sido eso? El Dolphin apareció en el registro de seguros marítimos de Lloyd como procedente de Warren. Después, los investigadores se pusieron en contacto con la Warren Preservation Society, que proporcionó el manuscrito de Nebiker y otra información.

Basado en esto, un periódico local de Rhode Island especuló en 2012 que se había encontrado el delfín. En 2019, Murray finalmente publicó un artículo que sugería esto, pero decía que no se podía probar. Entran los científicos de los anillos de los árboles.

Ese año, Murray y sus colegas volvieron a excavar los restos del naufragio e invitaron a Ignacio Mundo a examinarlo. Se horrorizaron cuando Mundo les dijo que la única forma de obtener muestras decentes de la madera empapada sería cortar con una motosierra un par de docenas de secciones transversales de las nervaduras y los tablones, y secarlos. Finalmente, al darse cuenta de que no había otra manera, los arqueólogos cedieron y eligieron los lugares donde pensaron que se produciría el menor daño.

Después de procesar las muestras en su laboratorio, Mundo recurrió a Ed Cook, fundador de Lamont-Doherty Tree Ring Lab, colaborador de muchos años con colegas sudamericanos y pionero en dendroarqueología, la ciencia que determina la edad y procedencia de estructuras de madera antiguas. Cook ha analizado muchos edificios antiguos en el noreste de EE. UU., junto con objetos, incluido un balandro del siglo XVIII descubierto accidentalmente durante las excavaciones después de que el World Trade Center fuera destruido en 2001. (Descubrió que había sido construido con roble alrededor de 1773 cerca de Filadelfia).

El arma secreta de Cook: el Atlas de sequías de América del Norte, una base de datos masiva cuya creación encabezó a principios de la década de 2000. El atlas recopila muestras de anillos de unos 30.000 árboles en pie de muchas especies en todo el continente que se remontan a más de 2.000 años. Los diferentes niveles de precipitación crean sutiles variaciones anuales en el ancho del anillo que permiten a los investigadores trazar climas pasados, fechar los años precisos de germinación y crecimiento de los árboles y, en el caso de estructuras de madera viejas, a menudo dónde y cuándo se cortaron los árboles, ya que los climas varían según el lugar. lugar, dejando distintas firmas regionales.

Los dendrocronólogos determinaron que las nervaduras estaban hechas de roble blanco, muchas especies de las cuales crecen en el noreste de los Estados Unidos. Los tablones del casco y del techo, podían decir, eran pinos amarillos antiguos, cuyos bosques alguna vez cubrieron gran parte del sureste de los EE. UU. Los clavos de madera que sostenían las cosas estaban hechos de langosta negra resistente a la putrefacción, muy extendida en muchos estados del este.

El análisis de los anillos de roble mostró que algunas de las maderas procedían de árboles que habían brotado ya en 1679. Lo más sorprendente: los anillos más exteriores indicaban que los robles habían sido talados en 1849, coincidiendo exactamente con la construcción del Dolphin en 1850. Los últimos anillos en los tablones de pino datan de 1810, pero esto no molestó a los científicos; a diferencia de las nervaduras gruesas, los tablones se habrían fresado mucho, por lo que nadie esperaba encontrar los anillos exteriores.

Luego, los científicos compararon los anillos con cronologías regionales específicas. La mayoría de las muestras de pino coincidían bien con las cronologías tomadas hace décadas de árboles vivos en las áreas de la montaña Choccolocco de Alabama y del lago Louise de Georgia, ambas conocidas por exportar cantidades masivas de pino a los estados del norte en el siglo XIX. Los investigadores no pudieron decir si los tablones provenían de esos sitios específicamente, pero las firmas indicaban que debían provenir de algún lugar de Alabama, Georgia o el norte de Florida.

En cuanto a las nervaduras de roble, los anillos se parecían más a cronologías tomadas de viejos árboles que crecían en Massachusetts. Entre los marcadores: distintos períodos secos y de bajo crecimiento en las décadas de 1680-1690, 1700 y 1810. Los anchos muy estrechos de los anillos indicaban que los árboles habían crecido en bosques densos y antiguos, la mayoría de los cuales fueron talados en Nueva Inglaterra entre principios y mediados del siglo XIX cuando los madereros arrasaron. Sin duda, muchos de esos robles de Massachusetts terminaron en los astilleros de la vecina Rhode Island.

El nuevo periódico todavía cubre sus apuestas, diciendo que el barco muy bien podría ser el Dolphin, pero que a falta de algún artefacto único asociado con el barco, posiblemente podría ser algún otro ballenero estadounidense de la misma época. “Hubo muchos barcos balleneros en esa área durante ese tiempo”, dijo Murray, coautor del artículo. “Así que no me gusta decir que es el Dolphin hasta que podamos obtener más evidencia”.

Sin embargo, Mukund Rao, el dendrocronólogo de Lamont, dice estar completamente convencido. “Los arqueólogos son más conservadores, prefieren un estándar un poco más alto y no los culpo”, dijo. “Es cierto que no tenemos algo como la campana del barco. Pero para mí, la historia está ahí, en los anillos de los árboles”.

El artículo también fue coautor de Mónica Grosso del Instituto Nacional de Antropología y Estudios Latinoamericanos de Argentina, y Ricardo Villalba del Laboratorio de Dendrocronología e Historia Ambiental, IANIGLA-CONICET. Ignacio Mundo también es profesor adjunto en la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional de Cuyo.

Fuente: https://www.dicyt.com/noticias/arqueologos-hallan-los-restos-de-un-barco-ballenero-de-estados-unidos-que-naufrago-en-la-patagonia-en-el-siglo-xix

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